“Los locales en el centro son muy caros”, comentó María Delgado, quien optó por dividir la primera planta de su vivienda para ubicar un bazar y así tener un ingreso económico desde su casa y a la vez estar pendiente de sus familiares.
Los moradores afirman que dicho sector es un lugar tranquilo y libre de delincuencia, y se sienten seguros a cualquier hora del día. “Podemos dejar la puerta de la casa abierta y no pasa nada”, manifestó Delgado.
La mayoría de las viviendas están ubicadas en la calle Juan de Dios Martínez.
Las personas que acuden a comprar a los locales comerciales que funcionan allí, tienen espacio para estacionar sus vehículos, aunque por poco tiempo.
Una de las problemáticas que más preocupa a los habitantes es la escasa distribución de agua potable.
La familia Zambrano, por ejemplo, tuvo que arreglar la tubería que transporta el líquido con sus propios recursos para abastecerse del servicio.
Algunos de los moradores afirmaron que reciben el agua cada cinco días. “A veces tenemos que esperar más tiempo”, dijo uno de ellos.
Delgado añadió que la fuerza con la que llega es muy débil por lo que se han visto obligados a jalar el agua con bombas.
Otra veces deben adquirir tanqueros.