Él se describe como un cholo que aprendió a pescar desde los diez años. Desde entonces no ha dejado el mar.
Actualmente pesca en una lancha para llevar el alimento a su casa y vender otra parte de la captura.
Para el sociólogo Ronald Intriago, Flores ocupa un rol importante en la historia y presente de Manabí. “Muchos como Flores contribuyen al desarrollo, pero no se dan cuenta. Tanto el cholo como el montuvio han hecho y hacen una labor diaria de resultados productivos para la economía de la provincia y el país”, indicó.
Contribución. El activista cultural y director de Fortaleza de la Identidad Manabita, Alberto Miranda, considera que históricamente estos dos grupos han construido a la sociedad manabita en el ámbito económico, cultural y social.
Explica que el cholo conservó saberes ancestrales que incidieron enormemente en la producción y la masiva fuente de empleo a través de la pesca, mientras que el montuvio lo ha hecho por medio de la agricultura y ganadería. “Actualmente estas culturas están prácticamente fusionadas y formando de una manera sólida, un solo Manabí”, argumentó.
Cifras. De acuerdo al censo poblacional realizado en el 2010 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en Manabí habitan cerca de 1’400.000 personas. De esta cifra, el 69% (954.191) se considera mestizo y apenas el 19,2% (262.738) montuvio.
El 37,4% de la población se dedica a la agricultura, silvicultura, caza y pesca; actividades de mayor importancia para la provincia, recoge el INEC.
Para el historiador Joselías Sánchez, el pasado, el presente y el futuro de Manabí pertenece a sus habitantes, cholos y montuvios, que tienen una conciencia compartida de pertenencia a una región provincial donde configuran una identidad cultural muy propia desarrollada sobre la territorialidad y la etnicidad.