En la grabación se ve al minino ser abordado por su dueño, quien le abre la boca y le cepilla los dientes. Sin embargo, el gato queda perplejo ante el cepillo, es una especie de trance hipnótico u ofensa por aquella acción.
Tal es el asombro del animal que, tras finalizar la limpieza, se queda inmóvil por varios segundos y con sus ojos llenos de sorpresa.