Bien haría el Papa extendiendo gestiones y mensajes en sociedades cuyos gobiernos están cada día teniendo mayores problemas de confrontación entre gobernantes y gobernados. Si se ceden posiciones de lado y lado habrá igualmente un solo ganador: la ciudadanía toda.

El pasar del tiempo nos enseña que, sin desconocer lo bueno del pasado, no debemos hacer ni tolerar las cosas malas que se hicieron en el pasado gobernantes y gobernados.

Muy sabio el proverbio que dice “enseña y predica con el ejemplo”. Todos los excesos son y serán malos desde los controles a todo, igual que la permisibilidad a todo lo malo.

No hay mejor gobierno local, provincial y nacional que el que practica y vive en ambiente democrático, donde se respete la opinión ajena y la sana crítica, se aplique la ley a todos por igual: ciudadanos y funcionarios públicos del rango que sean.

China y Rusia hace décadas dejaron atrás el modelo comunista en lo referente a la limitación económica y empresarial en sus países y sin desconocer que tienen otros problemas, pero gracias a este cambio cada día están mejor que hace 20 años, en casi todas sus actividades.

El combate a la delincuencia debe radicalizarse todos los días, igual el control a los motociclistas. Seguiremos insistiendo a los gobiernos locales, provinciales y nacionales, que si son el fruto de elección popular, deben, tienen que ser sensibles y leales a tener un comportamiento de escuchar para enmendar y corregir lo que la ciudadanía en diferentes formas exige y reclama. Desconocer la existencia a la sana crítica a lo malo y a la opinión ajena con el tiempo hará más difícil la convivencia democrática. Nada es eterno, ni los gobiernos, ni la vida.

El ser humano como principio fundamental para su existencia necesita producir de acuerdo a su capacidad y preparación, siempre respetando las regulaciones establecidas en leyes. Salvo el caso de Corea del Norte, que yo conozca por informaciones, no existe otro país en el mundo donde se limite al ser humano en las dos columnas vertebrales de la convivencia democrática, como son las de opinar y producir. El Ecuador y singularmente Manabí, donde vivimos, tienen las mejores condiciones naturales y geográficas para vivir y producir; solo seguimos aspirando a un ambiente de convivencia democrático, donde nos respetemos todos,  gobernantes y gobernados por igual.