Ayer la revista ¡Hola! reveló que el aún casado Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y su amiga desde hace 29 años Isabel Preysler, exmujer del cantante Julio Iglesias, son más que amigos.
NO SE IMAGINARON. Una fotografía de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en Londres, en la cena benéfica anual que organiza una de las organizaciones solidarias del príncipe Carlos de Inglaterra, fue la que detonó un revuelo mediático de la relación existente entre ellos.
Lo que nunca pensaron el premio Nobel y Preysler es que una cena secreta que tuvieron la semana pasada y de la que nadie debía enterarse, y que publica ahora ¡Hola!, confirmaría su amor oculto.
Pero mientras llega la confirmación de relación de los protagonistas, de lo que otros medios españoles no dejan de hablar es del proceso de divorcio que está llevando Vargas Llosa.
Este aún está casado con Patricia Llosa, aunque aclaró que están separados.
OPORTUNIDAD. El psicólogo manabita Jhimmy Gutiérrez, tomando como ejemplo el caso de Vargas Llosa e Isabel Preysler, señala que la persona madura “tras el término de una relación, siempre va a tener la oportunidad de conocer y experimentar un nuevo amor”.
Acota que un individuo de un perfil serio, que ya ha estado casado y ha vivido distintas experiencias, “mira un romance como una nueva oportunidad de amar y la relación desde la perspectiva del respeto”, dice.