Siete meses después María aún se recupera de las graves secuelas del accidente del que otras 17 personas no tuvieron tanta suerte y fallecieron. Sin embargo María, la portovejense, resultó con tantas heridas y golpes que aún batalla por sobrevivir.

Para empezar resultó con dos graves heridas en la cabeza que necesitaron de 32 puntos de sutura, además la frente le quedó desfigurada, lo mismo que el labio que también fue operado. 

Luego del accidente quedó 65 días en coma, perdió la posibilidad de hablar, fue sometida a una traqueotomía, tiene problemas para respirar debido a que las costillas se le fracturaron y un hueso desviado le destruyó un pulmón.

Debieron operarla dos veces para lograr salvarle uno. 

En definitiva, María aún no camina, hace terapia para lograrlo; además, se respalda en un tanque de oxígeno. Ya habla mejor gracias a la terapia de lenguaje que recibe. Y sigue luchando.

La vida de esta manabita que vive en Quito, al igual que las de su esposo y su hija, cambió a raíz del accidente.

Drama. Señala que su esposo debió renunciar al trabajo para dedicarse a atenderla, pues debe cocinar y llevarla a las terapias.

Ella viajaba con su hija, de 19 años, quien resultó con la tibia y peroné fracturados, la operaron, pero el clavo quirúrgico se le salió. La joven aspiraba estudiar Psicología Clínica, pero no logró cupo en la universidad por su dolencia.

Sin embargo, de todo lo que ha sufrido dijo que su voluntad se mantiene inquebrantable, pero teme que el caso quede en la impunidad, pues manifestó que el conductor del bus accidentado fue sentenciado a cinco años de prisión y ahora está pidiendo que lo absuelva. 

El juicio se ventila en Machachi.