Él tenía nueve años y su hermano Erick siete, cuando fueron enviados por un tío a vender corviches y empanadas, aprovechando que sus padres habían emigrado a Venezuela.
Alex, ahora de 22 años, es egresado de la carrera de Administración de Empresa Hotelera y estudia inglés. Durante dos años él y su hermano trabajaron en la venta de corviches por las tardes porque en la mañana estudiaban.
Recordó que el 2004 se involucró en el Programa Muchacho Trabajador donde conoció que los niños tenía derecho a todo y no podían ser obligados a trabajar.
“Y desde ese entonces mi vida cambió. Fui becado para estudiar en el colegio, luego en la universidad y ahora en un instituto de inglés”, destacó.
Vinces señaló que él, su hermano y cientos de jóvenes han sido recuperados de las calles por parte del Programa de la Erradicación del Trabajo Infantil, respaldado por Telefónica Movistar y por otras empresas privadas.
Nieve Pérez, su madre, indicó que ella los dejó con sus abuelos paternos durante dos años para irse a Venezuela porque estaban endeudados. “Cuando retorné y me enteré que a mis hijos los habían mandado a las calles a vender, me indigné porque mi familia no midió el peligro que hay en las calles para los niños”, agregó.
ESTADÍSTICAS. Ayer se realizó un foro en el municipio por el Día de la Erradicación del Trabajo Infantil que organizó el Consejo de Protección de los Derechos, donde se conoció que hay cerca de 150 niños y adolescentes menores de 15 años que ejercen actividades laborales de manera eventual.
Según Luisa Pico, coordinadora del programa, la mayor cantidad de este grupo de trabajadores infantiles se ubica en actividades de reciclaje en las calles y en las construcciones.
Anotó que están trabajando en el seguimiento de estos casos para reinsertarlos a las aulas escolares y a otras actividades propias de los niños y adolescentes.
EJEMPLO. Isabel Palma, de la Fundación D&A, destacó que el Programa de Erradicación del Trabajo Infantil en Manta ha sido ejemplo para Bolivia, Brasil, Perú y Colombia, que han buscado asesoría para mitigarlo.
Ella también resaltó que desde el 2005 en Manta se ha reinsertado a 4.300 niños y adolescentes, manifestó.
Palma recordó que los primeros años se enfocaron en el retiro de los niños del botadero municipal de San Juan.
“Los niños tenían abandonada la escuela del lugar y se ocupaban desde las 07h00 de llevar a comer a los chanchos al botadero, y mientras los animales comían, los niños trabajaban en el reciclaje. Este trabajo desapareció del botadero”, indicó.