En las tiendas, en los buses y en las calles se habla y discute la propuesta a la Ley de Herencias. Los que están a favor consideran justo que quien reciba más de 70 mil dólares en herencia pague un impuesto al Estado.
Otros no están de acuerdo en que a sus hijos les cobren por recibir un patrimonio obtenido con esfuerzo y sacrificio.
¿Tiene o no el Estado derecho a cobrar un impuesto por la herencia? Los ecuatorianos tenemos 30 días para responder, analizar y discutir aquella pregunta. A partir de ese tiempo, los asambleístas tienen dos opciones: aprobarla o rechazarla.
Considero que antes de discutir aquella propuesta se debe priorizar el debate de otras leyes, como la Ley de Semillas o de Tierra, donde el agricultor puede disponer del Estado semillas de calidad y terrenos para producir y mejorar la actividad agraria.
El Estado no solo debe estar pendiente del patrimonio de los ricos, también debe conocer y terminar con la pobreza que ha marcado al campesino y agricultor.