Desde la década de 1980 la crianza de aves de granjas se intensificó, dice Modesto Cusme, quien está ligado a esta actividad desde el año 1982. 

Cusme señala que la avicultura tanto en gallinas ponedoras como de carne (broiler) se realiza con vaivenes “así hay temporadas que es buena y otras muy malas que obligan a cerrar”, indica.

Genito vélez, responsable del programa avícola de Agrocalidad, coincide con esa versión y explica que cada año el registro que ellos llevan en Manabí varía porque unas granjas cierran y otras abren. 

En todo caso, agrega que en la provincia hay 31 granjas registradas que suman más de 4’100.000 aves.

Productores. Chafic Bitar, productor del cantón Bolívar, menciona que efectivamente la actividad atraviesa una crisis debido al costo de los insumos para crianza y el poco precio de la carne y huevos. 

Asevera que los productores de pollos broiler enfrentaron una etapa de seis meses de pérdidas. Él conoce a seis productores que decidieron cerrar sus granjas. 

Menciona que algunos se mantienen en la actividad porque tienen la esperanza de que el negocio mejore, lo cual siempre se da cuando el precio del maíz, que es la materia de los productos balanceados, bajan de precio.

Joselo Ormaza, productor de Portoviejo, destaca que ahora han encontrado respaldo en la Asamblea Nacional, donde la Comisión de Desarrollo Económico se ha interesado en el problema y organizó una mesa de trabajo junto con el MAGAP, SRI, CFN, la Superintendencia de Control de Poder de Mercado y el Ministerio de Relaciones Laborales para conocer las necesidades del sector y la forma de encauzar la ayuda. Una de ellas es que elimine el anticipo del impuesto a la renta como sucedió con el sector bananero, indica.

En la asamblea. Lídice Larrea, presidenta de la Comisión Económica de la Asamblea, señala que en este tipo de reuniones se ha logrado visibilizar el problema de este sector productivo y las mesas de trabajo seguirán hasta que se dejen definidas las herramientas de ayuda que necesitan los productores. Asegura que habrá un seguimiento del proceso para ayudar a que la producción agrícola de Manabí y Ecuador tenga mejor rentabilidad y sea generadora de trabajo.

A lo grande. Modesto Cusme manifiesta que si la actividad avícola en Manabí no recibe ayuda, las granjas desaparecerán debido a que son pequeñas, de un promedio de 40 mil aves, y sólo lograrán mantenerse las grandes, donde al comprar alimento en grandes volúmenes se reducen los gastos. Explica que a las granjas pequeñas les cuesta 2,68 dólares producir una cubeta de huevo y los compradores la pagan a 2,70 dólares, que dejan un margen de utilidad de dos centavos; mientras que el balanceado ahora cuesta 21 dólares la funda de 40 kilos, los químicos para eliminar moscas están en 85 dólares y la cal a tres dólares el saco.

Ante eso ya algunos productores manabitas apuestan a intensificar sus producciones. Avícola Pechichal es una de ellas. Esta compañía ya cuenta con una granja de un millón de animales y sistemas de automatización y climatización en las granjas, incluso tienen una fábrica de elaborar alimentos y además de silos para acopiar maíz cuando el precio es bueno, dice Silvana Santana, parte del grupo empresarial.

Santana menciona que gracias a la tecnificación y el buen prestigio de sus productos han logrado alianzas estratégicas con empresas nacionales como Pronaca, a quien le entregan parte de sus productos y obtienen una mejor rentabilidad. 

Señala que Manabí tiene las condiciones para lograr ser potencia en esta actividad.