El cuerpo del espécimen, de casi 17 pies de largo, unos cinco metros, se encontraba varado en las costas de la isla, mientras MacAulay realizaba una labor de investigación en la zona.

“Al ver el pez remo fue de hecho uno de los mejores momentos de mi carrera en 25 años como educadora de ciencias del mar”, dijo MacAulay a un medio local.

El cuerpo del pez estaba mutilado en las puntas, en la cabeza y la cola, y según las declaraciones de la educadora, es como si otro animal se hubiese alimentado con este.

Según el conservatorio, es la segunda vez en menos de dos años que se ven cuerpos del oarfish en la orilla del mar de la isla. En octubre de 2013, otros dos miembros del conservatorio pudieron observar un ejemplar de 18 pies de largo cerca de la costa. Poco tiempo después el animal murió. El pez remo está adaptado para vivir en las profundidades del mar, a casi 3.000 pies de profundidad, por lo que es raro verlos deambular en las costas.