Iván Macías, agricultor de la vía Colón-Quimís, saca cuentas sobre su cultivo de una cuadra.

Indica que en la actualidad el precio oscila por los 60 dólares, pero si pasan unos cuatro meses y baja la oferta se lo puede comerciar a 80 

dólares y con suerte a 100 dólares.

Este juego de tiempo le deja un sin sabor, cuenta, pues luego de tres meses y medio sólo recuperará una parte de los dos mil dólares que

invirtió, el resto lo verá de a poco.

Jorge Briones, otro productor, dice que también espera guardar una parte de la cosecha.

Ayer él trabajaba en su parcela junto a su familia y cuenta que prefieren hacer el trabajo por su propia cuenta, ya que si contrataran más personal el margen de ganancia se reduciría en gran medida.

Aunque gran parte de su cultivo resultó sano, una parte fue atacada por un gusano que devoró sus hojas.

Cogollero. En el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) conocen del problema. 

Heriberto Mendoza, técnico de la institución, explicó que se trata de un gusano que llaman cogollero y que al devorar las hojas afecta el desarrollo de la planta.

El funcionario informó que desde la institución promueven cuatro variedades con características diferentes, pero que son más resistentes. Dijo que en general este tipo de plagas sí son adecuadamente controlados 

con químicos por los agricultores.

Según información del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), en la provincia 

hay unas 350 hectáreas de maní. 

Xavier Valencia, coordinador de la entidad, dijo que con proyectos como la planta de procesamiento de maní en Calderón (a cargo del Gobierno Provincial de Manabí) se espera fomentar  la variedad de productos derivados del maní que se producen en la provincia.