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Libertad Regalado E
Tagua y su segunda edición

La literatura manabita, rara vez se ha visto enriquecida de aportes extranjeros; y eso que la provincia es muy cosmopolita, en ella ciudadanos italianos, franceses, libaneses, japoneses, españoles, alemanes, chilenos, argentinos, colombianos han encontrado su segundo hogar y vienen contribuyendo a su transformación económica y cultural.

Jueves 28 Mayo 2015 | 04:00

 En este amplio ámbito de la cultura, hay personajes que han aportado a la música, gastronomía, historia, literatura, en este último sobresale un nombre el de Ricardo de la Fuente, cuya formación en el campo periodístico y de la docencia lo volvieron muy observador, inquisidor, investigador y por lo tanto descriptivo; factores importantes en la narrativa. 

En  1976, forzado por la dictadura argentina, llega a Ecuador y antes de fincarse en Manabí pasa por Ambato y Quito; su primera estancia en Manabí será Chone, luego Bahía, Portoviejo hasta llegar a Manta, donde sus redes lo atrapan hasta convertirlo en un  huangueleño-argentino-manabita.  
La serie de reportajes que hacía para “El Diario” lo fueron llevando a descubrir pasajes de ese realismo maravilloso de la historia de Manabí, interesándose mucho en determinados acontecimientos que han marcado épocas en nuestra provincia. De aquí nacerán varias de sus obras, una de ellas Tagua en el año 2008, la novela que más comentarios han suscitado dentro y fuera del país. No han faltado propuestas de ediciones en otros idiomas, en especial el alemán, por la relación que  establece con este país desde los personajes y de la exportación de tagua, ese marfil vegetal, extraído desde las montañas de Manabí, que generó espionaje a finales del siglo XIX, hasta que los alemanes descubrieron que los italianos llevaban el producto desde Ecuador. 
Esta novela está descrita en un escenario de la primeras décadas del siglo XX,  en medio de un auge económico que hace posible la existencia de las dos líneas férreas que conectaban a los sectores productivos con los dos puertos manabas, la una que saliendo de Santa Ana, conectaba Portoviejo con Manta y la otra que unía Chone, Calceta, Tosagua, Charapotó con Bahía. El libro describe muy bien cada recodo de los parajes por donde el ferrocarril transitaba, entretanto se desencadena un idilio intercultural.
Como la novela se había agotado, se fraguó una segunda edición y mañana viernes 29 de mayo en la sala de conciertos Horacio Hidrovo Peñaherrera,  el Departamento de Cultura dirigido por la licenciada Dallas Hormaza, tendrá a bien realizar su presentación a las 19h00. Desde esta columna felicitamos al autor.
 
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