Marisol González, inspectora de la escuela Tiburcio Macías, señaló que los cuidados o medidas de seguridad con los niños nunca están de más. Dijo que en dicho plantel se activa un plan a la entrada  y salida de los estudiantes, donde participan los inspectores más el apoyo de un profesor, quienes mantienen dentro del plantel a los niños de primero, segundo, tercero y cuarto año de Básica hasta que sean retirados personalmente por sus padres.

Dijo que cuando llega a buscarlo una tercera persona, primero le preguntan al niño si lo conoce y luego hacen una llamada al padre para confirmar si lo envió a buscar con otra persona.

Además indicó que un inspector camina por la vereda para intentar detectar personas extrañas que llegan a merodear para cometer delitos, los más comunes dijo que son los asaltos, por ello cuando han corrido a delincuentes han recibido amenazas, dijo.

Padres. Amparo Zavala, inspectora de la unidad San Francisco de Asís, agregó que cuando un alumno va a ser retirado durante clases por terceros, exigen que el enviado lleve la cédula de uno de los padres y luego lo confirman con una llamada telefónica.

Dijo que generalmente el mayor riesgo es a la hora de salida, cuando los alumnos salen en estampida. Mencionó que allí deben tener mucho cuidado, sobre todo con los más pequeños, a quienes, dice, no sueltan hasta que llegue el representante.

Dijo que un problema con el que se encuentran es con los transportes escolares, cuyos conductores no llegan a buscarlos al plantel sino que se estacionan en una esquina y allí esperan a los estudiantes. Mencionó que aunque a inicios de año advierten a los padres de familia sobre este riesgo, ellos no exigen que el transportista lo retire en el interior del centro educativo.

Erick Chávez, policía que capacita en temas de seguridad, dijo que los padres de familia deben tomarse entre 20 a 30 minutos para hablarles a sus hijos sobre la seguridad que deben tener en los predios del plantel. Indicó que los chicos deben estar preparados para no aceptar invitaciones de ningún extraño y para gritar pidiendo auxilio en caso que se los pretendan llevar a la fuerza. 

Mencionó que en ocasiones los niños tienen bordado el nombre en el uniforme, lo cual es utilizado por los delincuentes para mencionarlos y decirles “tu papi me pidió que te lleve”, lo cual, dijo, hace que los niños accedan porque creen que el antisocial es alguien allegado al haberlo nombrado.