Se trata de la parroquia eclesiástica Santísima Trinidad, de El Florón, donde a los actos religiosos se une una intensa actividad para beneficio de las familias de esta populosa ciudadela.

 

El párroco Abderson Verduga lo cuenta. Allí  realizan talleres de elaboración de velas y de costura, brindan terapia fìsica, de lenguaje y ocupacional a jóvenes y adultos con discapacidad, mantienen espacios de recreación y terapia para los adultos  mayores, dan catequesis y  mantienen el trabajo solidario de Cáritas para ayudar a los más necesitados.

 

VELAS. Narcisa Vera cuenta que hace 4 años instalaron el taller de elaboración de velas decorativas. Cinco mujeres de la comunidad ponen diariamente una alta dosis de creatividad para hacer velas de diferentes colores, tamaños y motivos. Incluso las hay pintadas a mano y perfumadas. 

“Diciembre por la Primera Comunión y en Semana Santa es cuando tenemos más demanda”, señala. Los pedidos se pueden hacer en la iglesia y hay velas de todos los precios.

terapia.  Al lado funciona el taller de terapia. Allí Beatriz Anchundia trabaja con un grupo de jóvenes con discapacidad intelectual para incentivar su motricidad. En las tardes la atención es personalizada.

Hay 41 personas asociadas a este servicio, que se amplía en función de la demanda que hay en el sector, donde habitan cerca de 20.000 personas, señala.

“La contribución es baja, lo que se necesita para mantener las áreas, hacer la limpieza, comprar material didáctico”, dice Anchundia.

tercera edad. Miriam Mendoza pertenece a la Congregación Hermanas del Santo Ángel y es una de las motivadoras en los talleres con personas de la tercera edad, que mantienen todas 

las tardes, 4 días a la semana. 

Son 50 adultos mayores que participan en bailoterapia, ejercicios, manualidades, sintiéndose útiles y compartiendo en la edad dorada. 

“Ellos sienten que son tomados en cuenta. Cuando llega la hora de irse, quieren seguir”, añade.

La iglesia fue construida con ayuda de la Arquidiócesis de Brescia, Italia, hace 17 años, cuando era párroco Juan Bautista Piccioli, hoy Obispo Auxiliar de Guayaquil.