El rondador es un instrumento que le da un toque único a las canciones andinas y es un referente musical ecuatoriano.

Se fabrica con cañas de carrizo, bambú que crece en los campos montuvios y también, más restringidamente, con cañones de plumas de cóndor, lo que le da un sonido cristalino muy característico.

Evelyn Calahorrano, administradora del Museo del Banco Central de Manta, explica que las primeras apariciones de este instrumento se dieron con la cultura Jama-Coaque (350 a.C. - 1532 d.C.) y que ocupó el norte de la provincia de Manabí. Una de las réplicas que reposa en este museo muestra lo que dijo Calahorrano. Una figura antropomorfa con rondador y ornamento de aves ha permitido a los arqueólogos descifrar que la tradición musical jugó un papel importante  dentro de las celebraciones religiosas y descansos en las jornadas agrícolas de esta cultura.

 

ORIGEN. Sobre el origen de este instrumento, algunas teorías decían que era incierto. Y que como había sido posterior a la llegada de Cristóbal Colón a América sería boliviano, hasta que llegó a la serranía ecuatoriana y su uso se popularizó por toda la región andina. Pero de acuerdo a los estudios arqueológicos de la cultura Jama-Coaque, el profesor José García hizo público en el 2012 que este instrumento tuvo origen en Manabí. 

Las piezas arqueológicas encontradas en territorio manabita y que correspondían a la cultura Jama-Coaque serían la prueba más fehaciente, debido a que las figuras de aquella época, elaboradas en cerámica, tenían entre sus manos este instrumento. Para este docente, según una publicación de diario La Hora, el rondador fue el instrumento musical más apreciado por ellos, lo fabricaron con cañas, huesos de animales y humanos. 

“Los primeros rondadores los hicieron de una fila de siete canutos,  a medida que fue pasando el tiempo fueron aumentando a 12, 15, 21 y 23, de esta manera se está demostrando que ellos conocían las 7 escalas musicales, siempre colocaron los sonidos más agudos para la izquierda y los graves para la derecha, utilizando siempre la escala de mayor a menor”, recalca García.

El sonido del rondador es dulce porque imita el canto de los pájaros, por eso muchas de las figuras encontradas tienen aves en las cabezas de los hombres de aquel tiempo.