Estos acontecimientos sucedidos en Quito tuvieron su eco posterior en Guayaquil, en donde, poco a poco fue tomando fuerza la reacción patriótica de los Huancavilcas, los que, con el apoyo de elementos  valiosos de Venezuela, luego de variadas y clandestinas reuniones, se declararon independientes del dominio español y un memorable 9 de Octubre de 1820 proclamaron públicamente esa independencia, la que a los pocos días recibió la adhesión manabita a través de Jipijapa, Montecristi y Portoviejo. 

Luego vinieron las de Cuenca, Azogues, Riobamba, Latacunga, Ambato, Ibarra y del resto de las ciudades de este territorio ecuatoriano, lo que llevó a  que nuestros libertadores Simón Bolívar y Antonio José de Sucre planificaran y llevaran a cabo el avance de las tropas patriotas hacia el objetivo principal como lo era Quito. En efecto, ese avance fue triunfal, el que culminó 19 meses después con el enfrentamiento bélico en las faldas del volcán Pichincha, allá ese 24 de Mayo de 1822.

Aquello determinó la independencia definitiva con la formación de lo que es el Ecuador de hoy. Se constituye esta en una de las fechas gloriosas que está, precisamente,  a 7 años de conmemorarse su bicentenario, el que, sin lugar a dudas, será celebrado con gozo y algarabía por todo nuestro pueblo, ya que el 24 de mayo así como el 9 de octubre, son fechas de grata recordación en el calendario patriótico. 

Faltan 4 días para el domingo 24 y esperamos que esta fecha independentista sea de estímulo para el accionar cívico de las actuales generaciones y que su celebración no pase desapercibida. 

Aprovechamos esta ocasión para recordar también el trágico fallecimiento del amigo y expresidente Jaime Roldós Aguilera, sucedido hace 34 años, un 24 de mayo de 1981. Paz en su tumba y hacemos votos por que se aclare lo del accidente aviatorio. “Hasta siempre”, como dijo en su discurso final.