Esto, a tal punto que la estación llamada lluviosa, que vivimos, no ha sido la excepción en los reclamos por falta de agua que nacen hacia los cuatro puntos cardinales manabitas.
La represa Poza Honda recién se ha llenado y sobre la de La Esperanza tampoco el cielo ha sido generoso.
Aquí encontramos un punto esencial para insistir en nuestros derechos jurisdiccionales sobre La Manga del Cura, donde nacen importantes cauces de ríos aportantes al embalse Daule – Peripa, del que necesariamente necesitamos ser condueños de esas aguas, que en un momento fueron direccionadas hacia la provincia del Guayas; y nosotros debemos compartirlas si se agudizan días de duros estiajes.
Pero esto tiene que ir acompañado indiscutiblemente por la labor positiva de los GAD manabitas.
Así lo dijimos en las anteriores elecciones seccionales y los ganadores tienen que asumir, con firmeza y responsabilidad adecuadas a la tecnología, para dar agua suficiente a sus comunidades, sea solos o formando mancomunidades, que en corto tiempo tienen que ponérselas a funcionar en beneficio de los asentamientos rurales y urbanos.
Pero esto ya lo decimos porque es clamor urgente que el sector público afronte soluciones rápidas para evitar que crezcan los reclamos.
El mundo entero se urbaniza y esto se vuelve más exigente en el suministro de agua para la vida diaria, agua para mantener salud, agua para poder sembrar y cosechar.
Igualmente, agua para la industria que mueve los capitales que generan empleo, agua para generar energía para las industrias que deban instalarse.
Busquemos los métodos para aprovechar toda el agua que cae sobre la tierra, que con ello se suple gran parte de las necesidades de la población creciente.
Pero al mismo tiempo se exige planificación ordenada, técnicas seguras e inversiones honestas de las instituciones responsables como deber hacia las poblaciones reclamantes, que estas puedan satisfacer las urgentes demandas por el líquido y de aguas limpias, sin contaminar esteros, ríos, o represas cuyas aguas hoy se envenenan con tóxico y basura en detrimento de la salud de las presentes y futuras generaciones de los pueblos, que exigen disponer del líquido vital en las mejores condiciones sanitarias con parámetros internacionales.