“Es una creencia tradicional por muchas generaciones que aún se mantiene intacta; se atribuye al ‘domingo siete’ como un día fatídico, desgraciado, de duros riesgos o infeliz, tanto para las personas, como para la familia o la sociedad.

Se cree que en ese día no debemos viajar, hacer negocios u otras actividades que impliquen riesgos, debido a que les va a ir mal o que están expuestos a sufrir una desgracia o contratiempo, así por ejemplo, si lograron hacer negocio ‘el domingo siete’, luego les va mal o están expuestos a sufrir una desgracia o contratiempo, si se hace un viaje y el vehículo se daña o sufre un accidente o percance, enseguida se atribuye que eso ocurrió por el hecho de haberlo realizado ‘el domingo siete’.

Tan contundente y fuerte es esta creencia que en cualquier nivel o estatus social, cultural y económico creen en los presagios de desgracia o desdicha del domingo siete, que prefieren no viajar, no hacer negocios ni cualquier otra actividad que implique riesgo. 

Esto ha servido también con dichos populares como “saliste con tu domingo siete”, queriendo decir con ello que la persona a quien se le expresa así, ha salido mal en todo o que hizo una “metedura de pata”, como se dice vulgarmente”.