Actualizado hace: 930 días 9 horas 57 minutos
Mercado
Cinco faenadoras fueron clausuradas

Cinco faenadoras de pollo instaladas en el mercado barrial número uno de Portoviejo fueron clausuradas por la Comisaría Municipal la madrugada de ayer.

Sábado 25 Abril 2015 | 10:22

Según el sello de clausura, estas faenadoras infringen el artículo 16 numeral 2 y 3, y el artículo 17 numeral 2 de la Ordenanza que reglamenta el funcionamiento de los mercados minoristas de Portoviejo.

Consultado sobre este tema, el alcalde Agustín Casanova señaló que esta acción es parte del plan de control urbano que lleva adelante esta administración para “controlar todo lo que transgrede las ordenanzas municipales”. 
Ilegalidad. Pero para Jorge Marquínez, abogado defensor de los propietarios de las faenadoras, la clausura es ilegal porque el municipio no cumplió con lo que dispone la Ley en estos casos. 
Según Marquínez, las notificaciones se las hizo sin la firma de una secretaria, y además sus defendidos nunca las firmaron. Agregó que tampoco se les hizo llegar una boleta advirtiéndoles sobre el proceso. De esta forma dijo que “se está transgrediendo el derecho a la defensa que tiene todo ciudadano”.
Para el alcalde Agustín Casanova este reclamo no tiene piso. Recordó que la función judicial “en dos instancias determinó que el trabajo, como lo estaban realizando (los faenadores), no podían continuar haciéndolo”.
Afectados. Por su parte, dos de los cinco propietarios de las faenadoras clausuradas aseguraron que ellos nunca fueron notificados sobre la clausura. 
Patricia Molina, quien dijo tener más de 20 años en esta actividad,    manifestó indignada que se les ha clausurado “injustamente”. 
Por su parte Milton Molina, cuyo local también fue clausurado, pidió de plazo un año para seguir trabajando y ubicarse en otro lugar. “Nos han dejado con los brazos cruzados”, dijo resignado.
Desalojo. Al igual que en el mercado municipal, en la calle Chile un local informal fue desalojado y retenida su mercadería sin explicación alguna, según indicó la esposa del propietario, Paola Pin. Visiblemente preocupada, la señora dijo que ellos nunca fueron notificados sobre alguna situación que justificara el desalojo de su local.  Además, aseguró que fue el mismo comisario quien los ubicó en el lugar del que fueron desalojados.
Cabe indicar que cuando se le consultó al Alcalde sobre el lugar en donde serían reubicados los faenadores, él respondió textualmente: “Yo pregunto, ¿acaso no pueden realizar los faenamientos en su propia casa o acaso no pueden arrendar algún lugar para hacer el faenamiento que cubra las condiciones sanitarias?”.
 
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