El volcán sorprendió el pasado miércoles con una violenta erupción que generó una enorme columna de humo, ceniza y rocas de más de 15 kilómetros de altura, a la que siguió una segunda erupción la madrugada de ayer.
Aunque durante la última erupción el volcán perdió energía paulatinamente, “los niveles de peligrosidad se mantienen”, señaló el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Las autoridades decidieron mantener la alerta roja en la región de Los Lagos y el estado de excepción por catástrofe en la provincia de Llanquihue y el municipio de Puerto Octay, además una zona de exclusión alrededor del cráter del volcán de 20 kilómetros.
PREOCUPACIÓN. La principal preocupación de las autoridades tras superar la fase más intensa de la erupción volcánica es la lluvia de cenizas y material piroclástico que ha teñido de gris las localidades más cercanas al volcán.
El humo y las cenizas del Calbuco también han afectado a las turísticas localidades argentinas de Bariloche, Villa La Angostura y San Martín de Los Andes, en el suroeste de Argentina.