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El Drama De Ser ‘Conejillo De Indias’ De Los Ee.uu.

Más de 1.500 guatemaltecos se convirtieron en ‘conejillo de Indias’ hace casi 70 años, cuando, sin saberlo, les inocularon sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual.

Domingo 19 Abril 2015 | 04:00

 Héctor Bardales, de 88 años, fue una de las víctimas de aquellos experimentos, patrocinados por el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.). 

Según contó a la BBC, él fue inoculado con sífilis mientras prestaba servicio militar en su país, cuando tenía  sólo 19 años.
“Una vez fui al cuartel general y allí me abordaron. Un hombre vestido de blanco, que me iba a poner una inyección y me decía en inglés ‘this is good for you’ (esto es bueno para usted)”, recordó.
En aquel momento no sabía que acababa de entrar a formar parte de los guatemaltecos con los que EE.UU. experimentó entre 1946 y 1948 para estudiar en humanos el desarrollo de las infecciones de transmisión sexual y evaluar la capacidad de prevención de la penicilina.
Efectos. La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual causada por una bacteria que, si se detecta a tiempo, se puede curar fácilmente con antibióticos. Sin embargo, de no ser tratada puede degenerar en otros problemas, incluidos daños cerebrales que afecten al estado de ánimo, problemas de vista, dolores “relámpago” y alucinaciones.
Precisamente ese fue el caso de Bardales, quien al no saber que estaba enfermo contagió a su mujer, madre de sus tres hijos, quienes también sufren las consecuencias de los experimentos.
“Yo soy un hombre de 88 años, le serví a mi patria y no es justo que me hayan hecho esta barbaridad”, dijo el hombre a la BBC antes de llorar. 
“Llegó un momento que perdí la memoria, no sabía en lo que andaba y toda mi vida ha sido aberrante, ha sido mala, mala, mala”, indicó el guatemalteco. 
Demanda. El caso de Héctor Bardales es uno de los que contiene la demanda colectiva que acaba de presentar un grupo de 773 personas contra la Universidad Johns Hopkins y la fundación Rockefeller. 
Según la demanda, médicos y científicos vinculados a estas instituciones “participaron, aprobaron, fomentaron, ayudaron y fueron cómplices” de los experimentos llevados a cabo en Guatemala, y su posterior análisis, hasta bien entrados los años 50.
El grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb, la compañía que suministró la penicilina para los experimentos, también fue incluido en la querella porque, según dijo a BBC Mundo el abogado Juan Pablo Rodríguez, miembro del equipo defensor de las víctimas, “ellos sabían” de los experimentos.
“La penicilina era bastante reciente, sobre todo para el uso de la sífilis, y ellos querían saber cómo realmente su medicamento iba a funcionar con pacientes vivos y cómo evolucionaba la enfermedad”, afirmó. 
La compañía no ha hecho comentarios públicos al respecto. En una declaración remitida a CNN señaló que están revisando las alegaciones.
Por su parte, Bardales sólo espera justicia. “Espero que se pongan la mano en la conciencia y que me digan ‘aquí está esto’. Pero no quiero un mendrugo, no quiero una limosna, quiero lo justo”, dijo. 
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