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Hernán Vinces Vélez
El señor alcalde y el ajedrez

Suena hermoso el título del artículo para un hombre talentoso como el Ing. Agustín Casanova, aunque a veces no solo es parecer sino ser y con convicciones humanas.

Viernes 17 Abril 2015 | 04:00

 Es lamentable que en su administración municipal haya hecho desaparecer el juego ciencia para los niños y niñas portovejenses, a través de las “escuelas deportivas municipales”, que en realidad son escuelas de fútbol maquilladas con algo de básquet y voley en la actualidad; gracias a un hombre en sí talentoso, profesional, poeta e hijo del poeta más grande manabita, como don Vicente Amador Flor, el Ing. Eudaldo Flor Sacoto, que introdujo, cuando ejerció la Dirección de Deporte y Cultura en la administración anterior, a las escuelas deportivas municipales, el encanto del ajedrez para los niños y niñas funcionando por 2 años consecutivos en los sectores de El Florón y San Pablo exitosamente para los padres de familia y de sus vástagos.

En realidad sí se le da paralelamente con este deporte una formación integral genuina a los niños y niñas de nuestra localidad, porque el ajedrez es un alimento intelectual para la niñez, que se los custodia desde temprana edad con esta práctica ante los riesgos sociales existentes en las mayorías de las ciudades del mundo (delincuencia, drogas, explotación infantil y otras).
Lo penoso y contradictorio ante la inteligencia humana es que se invirtió en 20 juegos de ajedrez, dos pizarras-mural con su respectivas fichas incluidas, una pequeña parte de pizarra líquida para sus clases y un reloj de ajedrez reglamentario. 
Y la pregunta tácita, ¿qué fin tomarán esos instrumentos ajedrecísticos que tanto bien hacían con su práctica? 
Señor alcalde, el ajedrez no se juega con los pies y tampoco cuando se obtiene un triunfo se celebra con cervezas. 
Reitero, y por estadísticas, que todos los niños de antaño que ejercitaron este deporte ciencia, la mayoría alcanzó títulos profesionales académicos por las buenas costumbres practicadas en su desarrollo que les perdura toda la vida.
Y no sólo disfrutar en algunos otros deportes sus logros hasta sus 36 años de edad con mucha disciplina, los que llegan. ¿Y después....?  
También eliminó la escuela de taekwondo, que junto al ajedrez son las disciplina idóneas para niños y niñas en su formación para la buena conducta y el equilibrio mental que ejercen sobre sus vidas, mejorando en sus comportamientos familiares y eficiencias en sus estudios regulares. 
Siento mucha pena por estas equivocaciones; no obstante, considero que el señor alcalde, hasta la fecha, está actuando llevando la mejor administración municipal, con buenas intenciones y con hechos, que me ha tocado palpar en mis 60 años de edad, para mejorar la calidad de vida de todos nosotros que habitamos en esta hospitalaria ciudad de los “reales ceibos”, ya que no existe tamarindos. Replántelos en las colinas que son de raíces profundas Sr. alcalde.  
 
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