Sin el afán de dar supremacía profesional, los trascendentales descubrimientos realizados por veterinarios desde décadas han precautelado la salud de la humanidad; investigaciones en enfermedades compartidas entre el hombre y animales permiten identificar agentes etiológicos, mecanismos de transmisión, interacción, efectos, manera de controlarlos y/o combatirlos, tratamientos adecuados, vigilancia, control de medidas higiénicas-sanitarias por las toxiinfecciones alimentarias; excepcionales métodos de diagnósticos, técnicas quirúrgicas seguras, menos incruentas.
En 1885 el Veterinario Daniel Elmer Salmon descubre las bacterias de las toxiinfecciones alimentarias que en animales y humanos continúa ocasionando episodios colectivos, esas bacterias el veterinario bacteriólogo Lignie le puso el nombre de Salmonellas, honrando a su descubridor; Salmon y Smith descubrieron las vacunas muertas base del método para proteger a la humanidad contra el cólera, la peste, el tifus etc. Otra de las toxinfecciones de origen alimenticio es el Botulismo, descubierto por Müller en 1870 e identificado por Van Ermeger en 1885 y Karl F Meyer con Charles Armstrong en 1922, demuestran que la toxina botulínica podría encontrarse en conservas vegetales y cárnicos. Merlín S. Bergdoll investigó la purificación, caracterización y estructura de las toxinas estafilocócicas y encontró la clave de la enfermedad estafilocócica producida por el S. aureus; Loeffer descubre la bacteria Corynebacterium diphteriae e identifica su toxina, el suero antidiftérico es descubierto por Roux, lo perfecciona Nocard, y Gastón León Ramón descubre la anatoxina y el toxoide contra la difteria.