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El mal detrás de la delgadez y la obesidad

Mirna tiene 47 años de edad y desde hace cinco años sufre de una enfermedad que pocos se imaginan. Sus amigas le preguntan cómo hace para mantener su peso y esa figura que muchas desean, pero pocos, solo sus familiares, saben que ella padece hipertiroidismo.

Miércoles 08 Abril 2015 | 04:00

Quienes sufren hipertiroidismo no pueden engordar. Esto se debe a que producen en exceso una hormona que regula el metabolismo.
“Los médicos me han explicado que es como si mi cuerpo estuviera perdiendo grasa a cada instante y por más que coma no podría subir de peso”, indica Mirna. 
La mujer dice que hay ocasiones en que se siente frustrada. A veces baja tanto de peso que se le notan los huesos de la clavícula de forma exagerada. Ahora mismo está bajo tratamiento en Quito. La atiende un médico que, según le dijeron, hizo una especialización en el exterior sobre las dolencias de las glándulas tiroides.
Leonardo Cedeño es un médico endocrinólogo (especialista en enfermedades que afectan a las glándulas) que ha manejado casos como el de Mirna. 
Él explica que las tiroides son unas glándulas ubicadas en el cuello. 
Según la página web de MedilinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las tiroides producen las hormonas que “controlan la forma como cada célula del cuerpo usa la energía. Este proceso se denomina metabolismo”.
Cedeño indica que los problemas ocurren cuando la producción de hormonas se desequilibra. Si disminuye, lo que se conoce como hipotiroidismo, la persona tiende a engordar. Si sucede lo contrario, el hipertiroidismo, el individuo baja de peso.
El cambio en el peso no es el único síntoma. Calambres, estreñimiento, sudoración excesiva, depresión, falta de concentración, sequedad en la piel, entre otros, pueden indicar algún problema de tiroides.
El médico estima que de 100 pacientes que atiende cada mes, unos 30 son diagnosticados con estas enfermedades.
“La gente viene aquí  porque los médicos generales les han dicho que no hallan la razón de su obesidad o delgadez, generalmente les detectamos el problema y empezamos un tratamiento”, indica.
Cedeño agrega que por cada hombre con  esta enfermedad hay siete mujeres que la padecen.  “La incidencia en Manabí es igual, mis principales pacientes son mujeres”, detalla. 
Las causas son varias, pero la principal es la falta de yodo, añade.  La glándula tiroides lo necesita  para producir las hormonas. 
En la costa. Beatriz Salazar, nutricionista, señala que en la Costa no hay tanto problema con la falta de yodo, debido al consumo de productos del mar, que contienen grandes cantidades de este elemento.
Cedeño, el endocrinólogo, dijo que en Manabí las causas más frecuentes de la enfermedad son el estrés y antecedentes familiares. “La gente debe cuidarse mucho del estrés, éste genera muchas enfermedades e incluso agrava otras”, añadió. 
Según Cedeño, dependiendo de la etapa de la enfermedad, uno de los tratamientos puede ser la inyección de las hormonas dos o tres veces al año. 
En las mujeres embarazadas los controles son más periódicos, cada mes. El objetivo, según el galeno, es que el bebé no salga afectado.  
“Los pacientes que tienen esta enfermedad deben vivir siempre con ella, lo único que se puede hacer es controlarla”, expresó.      
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