En el Mercado 1 de Portoviejo, Francisco Pinargote, vendedor de pescado, dijo que a los mesones donde ellos venden sus productos generalmente no llega agua, además el piso es de una cerámica resbaladiza que genera accidentes y aleja a los compradores, señaló.

 frigorífico. Milton Moreira agregó que en el lugar no hay un frigorífico para guardar los mariscos que no vende en el día, por lo que deben recurrir a la antigua técnica del “enhielado” es decir ponerlos en cubetas con hielo picado, lo cual, dijo, les demanda tres dólares. “Es increíble que este mercado no tenga frigorífico, es más ahora no tiene ni comisario”, señaló.

Otra de las quejas de los vendedores es que mientras ellos sí exhiben el producto en las mesas asignadas para esta función, fuera del mercado decenas de vendedores lo hacen sin cumplir permisos.

En la parroquia Calderón el problema más grave está en el espacio asignado para las legumbres. Lucía Mendoza dijo que comprar en el lugar es incómodo y desmotiva a muchos.

Juan Farías, presidente de la Junta Parroquial, dijo que el sitio necesita adecuaciones, pero ellos no tienen recursos, por lo que espera que se concrete el anuncio municipal de invertir en el lugar, expresó.

En 24 de Mayo también hace falta un frigorífico en el mercado central, dijo Cecilio Ortega, comerciante de carne de res y de cerdo, quien pidió además mejorar la estructura de los mesones en el área de mariscos.

Insalubridad. En Jipijapa hay quejas de los comerciantes de que el lugar de a poco se va deteriorando. Narcisa Zambrano indicó que el lugar es aprovechado por personas que llegan a ingerir alcohol y hasta sustancias prohibidas, por lo que en más de una ocasión le han faltado el respeto, dijo. 

En Machalilla, de Puerto López, hay insalubridad en el mercado y está cerrado.

En Pedernales, el comerciante Pedro Zambrano aseguró que el mercado tiene más de 20 años. Dijo que él prefiere quedarse allí, “al nuevo mercado no quisiera ir porque la construcción presenta varios daños y temo que caiga en pedazos”, refirió.

En un recorrido por el mercado se observó insalubridad y la emanación de malos olores, a pesar de la limpieza que realizan todos los días.

Alfredo Cobeña, morador, dijo que ya es hora de que Pedernales cuente con un nuevo mercado funcionando para que los comerciantes puedan trabajar. “El mercado actual apesta, las veredas están ocupadas de legumbres, plátanos, etc. Además en las calles encontramos vendedores de pescados que dan una mala imagen”, acotó.

El Municipio recibió en el 2013 un crédito del Banco del Estado para la construcción de un nuevo mercado, pero la obra tiene más de un año de retraso. 

Desorden. En El Carmen hace aproximadamente 12 años la administración de Hugo Cruz cerró la calle Víctor Astudillo para colocar un techado entre los dos mercados y ubicar en esa plazoleta a los comerciantes, dejando abandonadas las plantas altas. Si bien entonces se dijo que la medida era momentánea, hasta ahora solo existen ofrecimientos de buscar un crédito ante el BdE para construir dos nuevos centros de abastos en ese lugar, con una inversión que sobrepasaría los 4 millones de dólares.  

Hace 20 años se construyeron mercados en la parroquia 4 de Diciembre y en El Porvenir y La Bramadora, los que al momento lucen abandonados; incluso habría la intención de demoler el mercado de la parroquia 4 de Diciembre para construir en el lugar el registro civil. El único mercado que está funcional es el que durante la prefectura de Humberto Guillem se construyó en Santa María, mientras que a falta de un mercado en El Paraíso–La 14, los comerciantes ocupan las calles céntricas.  

Algo similar sucede en Paján, donde el ordenamiento de comerciantes y la reubicación en los mercados ha originado quejas de vendedores que se resisten a acatar las ordenanzas. Aducen que el cambio les originaría pérdidas.

Ejemplos. Manta tiene dos mercados operativos, el Central, que es ejemplo a nivel de la provincia por sus escaleras eléctricas y patio de comidas, y el de Tarqui, que trabaja las 24 horas y que prácticamente funciona en la calle por la presencia de muchos comerciantes formales e informales que se ubican en las aceras, portales y vía.