Actualizado hace: 937 días 3 horas 25 minutos
N. Francisco Álvarez Pesantes
La muerte de la ciudad y su renacimiento

“La ciudad ha muerto”, es una frase del arquitecto urbanista Jordi Borja definiendo a la globalización que la mata.

Jueves 02 Abril 2015 | 04:00

 Periódicamente, cuando el cambio histórico parece acelerarse y es perceptible en las formas expansivas del desarrollo urbano, se decreta la muerte de la ciudad. 

La ciudad tiene un plan regulador, que en muchos casos es difícil aplicar por la concepción misma como está implantada.
Dificulta su aplicación de los espacios urbanos como son los predios, las urbanizaciones, etc.
Entonces, se asume, con pesar o con indiferencia, el “caos urbano”; se critica con nostalgia la revalorización de las formas y de las relaciones sociales construidas por la historia. 
Se sustituye el urbanismo, que ciertamente demanda nuevos paradigmas por la arquitectura o las infraestructuras, por productos propios del poder o del mercado. 
Y sin embargo la ciudad renace cada día, como la vida humana; y nos exige creatividad para inventar las formas deseables para la nueva escala territorial y para combinar la inserción en redes con la construcción de lugares (o recuperación de los existentes). 
Es preciso superar las visiones unilaterales que enfatizan la ciudad “competitiva” y la ciudad “dispersa”, como la única posible en nuestra época. 
O, en un sentido opuesto, mitificar la ciudad “clásica” y la ciudad “comunidad”, como si fuera posible y deseable el imposible retorno al pasado. 
No es aceptable tampoco instalarse en la cómoda posición de la consideración radicalmente negativa de la modernidad, considerada como un proceso ineluctable que necesariamente arrasa con este pasado.
Hoy, la ciudad renace también políticamente. Es un ámbito de confrontación de valores y de intereses, de formación de proyectos colectivos y de hegemonías, de reivindicación de poder frente al Estado.
Así, este artículo pretende sugerir en la aplicación de un plan regulador que brinde normas reales a partir de la aplicación del concepto de espacio de vida. 
De este modo el objetivo de implementar un nuevo estudio para la ciudad; y  poder cumplir con lineamientos urbanos acordes a la realidad, donde se pueda identificar retiros en terrenos con áreas mínimas y  la existencia de áreas funcionales como indicador directo.
De manera personal, he encontrado inconvenientes en la realización de diseños arquitectónicos que tienen áreas de terrenos menores a las establecidas en el plan regulador, que al ser consultado nos pone limitantes técnicos y económicos por los retiros establecidos en el mismo. 
Nos dificulta enormemente cumplir con los requerimientos de espacios mínimos  que conllevan un diseño.
         
 
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias