Pero volvamos a la fanesca que recientemente también se la ha tratado despectivamente, por tener variedad de sus granos, que simboliza la diversidad enriquecedora de nuestro pueblo.

Hay momentos en la historia, sobre todo como la crisis económica y democrática que estamos viviendo, que se hace necesario un acuerdo nacional como lúcidamente lo ha plantado el socialista Enrique Ayala Mora, proponiéndonos una Asamblea Constituyente que nos permita a los ecuatorianos recuperar la institucionalidad republicana, con sus clásicas funciones para ejercer el poder con autonomía, defendiendo las conquistas sociales y las libertades públicas logradas por nuestro pueblo con luchas y muchas veces con sangre. 

Pero ese acuerdo, será viable en la medida que sea incluyente, que esté constituido con lo mejor de la tradición democrática del Ecuador, al igual que la fanesca y el viche, ambas elaboradas con los mejores granos, frescos y diversos. Así, sin miedos, con esperanzas, debemos avanzar para derrotar al autoritarismo con un acuerdo nacional.

Sin lugar a dudas, que en todo proceso democrático las organizaciones sociales y las políticas han sido satanizadas como la “partidocracia”, cantaleta levantada en diferentes momento por Fabián Alarcón, Alvaro Noboa, Lucio Gutiérrez y otros, quienes han debilitado al régimen de partidos; dividiéndolos, cooptando a su militancia o recogiendo sus rechazos. 

Estos ciudadanos, con legítimo derecho se reagrupan  bajo el poder de turno. Lamentablemente son los primeros en renegar de sus excompañeros, los minimizan, los estigmatizan con adjetivos calificativos despectivos, los persiguen. Estos rechazos, basura de los partidos, son de todos los colores y sabores, también son diversos. 

Pero no sirven para hacer una fanesca o un viche, porque están en estado de descomposición; esos quedarán para la historia, como las lavazas políticas. 

Finalmente, espero que esta época de Cuaresma también sirva para la reflexión de todos los ecuatorianos, para que el espíritu de reconciliación, de fraternidad, nos permita ver un futuro luminoso, sin odios ni venganzas, de respeto a la diversidad. Que los errores del pasado no se repitan, transformando nuestras debilidades en fortalezas para cimentar la nueva sociedad que todos buscamos: la fraternal, humanista, libre y radicalmente democrática.