Nací aprendiendo a querer con algarabía a la Liga de Portoviejo, “la capira”. 

A respetar la belleza de nuestras mujeres, a destacar el respeto y la bondad de nuestra gente, en donde la humildad y hospitalidad es digna de rescatar en cada barrio o rincón de sus calles de tierra y avenidas de asfalto. En compendio, una ciudad solidaria, acogedora y llena de optimismo de un futuro mejor. 

Lamentablemente no todo puede ser bueno.

También he sido testigo de los malos momentos de nuestro Portoviejo, administraciones municipales lamentables, que sólo han servido para “distribuir nuestras rentas” de forma equivocada, ejerciendo una política absurda y egocéntrica… que nos hizo estancar por décadas del desarrollo sostenido que se ha merecido el cantón, sustentado por su rica historia política y económica. 

En los actuales momentos se han observado ciertos cambios significativos: mejor limpieza de la ciudad, fiscalización técnica de las obras que se ejecutan… mejorando la calidad y los tiempos de ejecución de las mismas, presentación ante organismos del estado de TDR`s (términos de referencia) para la realización de los estudios respectivos de varios proyectos urgentes y de vital importancia para la ciudad, sumado a proyectos ya ejecutados como agua potable, alcantarillado, parques y vías reconstruidas de pavimento rígido y flexible.

Pero falta aún mucho por hacer, principalmente generar un cambio de mentalidad; somos la capital de la provincia, somos grandes de corazón, podemos generar un cambio radical, tenemos profesionales jóvenes que estamos llamados a tomar el liderazgo del cantón. 

Es nuestra responsabilidad que mañana nuestros hijos no quieran salir de ésta tierra bella y que no utilicen epítetos equivocados que la denigren. 

Principalmente debemos pensar en macro, queremos y merecemos proyectos que nos lleven a otro nivel (súper avenidas, puentes a desnivel, parques temáticos y deportivos, reubicación del aeropuerto, centros comerciales populares y mercados técnicamente desarrollados, agrocentro, terminal terrestre moderno, transportación inteligente como troles o tranvías que comuniquen a las parroquias.

Crucita repotenciada en infraestructura y logística turística, entre otros), que lindo sería… 

Os invito a soñar. Y más que eso, a aportar con ideas de cambio positivo. 

Saber elegir a nuestros administradores es nuestro deber.

Y más que todo, exigirles transparencia y manos limpias… 

¡Que viva Portoviejo!