Hoy es la presidenta de la Fundación Coalición de Inmigrantes Ecuatorianos en el país norteamericano, donde durante doce años se han dedicado a impulsar la Reforma Migratoria en beneficio de esta comunidad. En entrevista con El Diario nos cuenta el trabajo y la lucha de los compatriotas en ese país.

Consideramos que es de vital importancia y necesaria  que los congresistas demócratas y republicanos trabajen de una forma bipartista y aprueben esta ley por la cual se ha venido luchando, por una  verdadera Reforma Migratoria para esos  11  millones de inmigrantes. 

Este tema sigue en pie y creemos que  se  aprobará la legalización, ya que  el voto  latino  se impuso en las últimas elecciones y fue muy importante.

Por supuesto  que  sí, ya que  con esta acción ejecutiva temporal del Presidente Barack Obama aproximadamente más de un millón de compatriotas calificarían, siempre y cuando  reúnan los requisitos y tengan un  récord  impecable. Para nosotros es importante porque nuestros hermanos ecuatorianos  gozarían de un estatus legal justo y esto les permitiría abrir puertas en diferentes  ámbitos, tanto laboral como emocional, y así lograr la unificación  familiar.

La realidad  es   dura, no es  fácil emigrar. Muchos  viven en condiciones no aptas y  se dedican a trabajar 18 horas diarias, sacrificando y arriesgando su salud. Para poder  tener un salario  digno a veces tienen dos trabajos para completar un sueldo. Si hablamos de profesionales que vienen también se les  dificulta por el idioma, tienen que hacer un trabajo que nunca han hecho y empezar  en cualquier cosa hasta  establecerse y,  lo  más  duro, sin un estatus legal. Esto les afecta psicológicamente   por el choque   cultural, la nostalgia y procesos de  adaptación. Muchos caen en depresión. De igual manera, hay compatriotas  que han vencido las  barreras  y han sido exitosos como empresarios y profesionales.

Bueno, he podido conversar con algunos compatriotas que decidieron regresar a nuestro país y se han acogido al Plan Retorno y muchos  de ellos se animaron a las oportunidades que brinda el Régimen, sin embargo, otros no están satisfechos porque  la diferencia comparativa del salario es grande. Por ejemplo, una persona que  ha ganado como obrero en la construcción  un aproximado  $1.500  al mes,  si llega a nuestro país y realiza el mismo trabajo ganaría  $600 y es ahí donde hacen la diferencia y donde aseguran que no les alcanza para el sustento de la familia. Sin duda, este Gobierno fue el único que le dio vida al inmigrante, pero es  fundamental  que se  dialogue con la comunidad para que puedan  saber la realidad.