El descubrimiento fue hecho por el Servicio Geológico de Estados Unidos, confirmó la científica Kathleen Smith, quien agregó que adquirir estos metales no es nada extraño, ya que se encuentran en productos de uso diario como champú, detergente de ropa e incluso en productos que pretenden eliminar olores.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron por ocho años muestras fecales en Estados Unidos y descubrieron que las cantidades de metales preciosos son casi similares a las halladas en minas comerciales.
De acuerdo a ello, los desechos de esta clase producidos en un año por una ciudad de un millón de habitantes pueden contener al menos hasta $13 millones en metales.
Además, recolectar los minerales de las heces podría beneficiar al planeta, ya que se usarían sustancias en un espacio controlado como en una estación de tratamiento de aguas.