Y para estos accidentes no hay horas ni tiempo determinado, ya que los mismos se realizan en la mañana, tarde, noche o madrugada. No necesariamente se requiere de congestionamiento vehicular para que suceda cualquier tipo de estos accidentes. La imprudencia y la irresponsabilidad de quien conduce ese vehículo pequeño o grande es la causal principal.

 Y  a todo esto se suma en los últimos años la circulación desmedida e incontrolada de las motos que andan por calles y carreteras, no solamente a exceso de velocidad, sino también con exceso de pasajeros. 

Es común ver en una moto hasta 5 personas, entre marido, mujer y 3 niños, de los cuales solo el conductor lleva casco y chaleco. 

Así mismo, es común ver a estos motociclistas que, a más del exceso de velocidad, circulan rebasando vehículos de manera zigzagueante por la izquierda y derecha, por lo cual es imaginable que en cualquier momento va a ocasionar un accidente, como en efecto está sucediendo en el día a día, aumentando así el número de estas muertes trágicas, lo que ha llevado a  nuestras calles y carreteras a convertirse en vías de inmenso peligro y riesgo.

Lo cierto es que un  poco tarde pero se están tomando las medidas correctivas, las que deben ser aplicadas con energía y rigor, para tratar de evitar estos accidentes que vienen enlutando intempestivamente a cientos de familias. Esos excesos de velocidad de motos, autos, camionetas, camiones y buses, deben terminar para tranquilidad y felicidad de todos, porque no somos los llamados a buscar la muerte, que debe llegar de manera natural.

A más del llamado a las autoridades de control del tránsito, queremos llegar de manera principal y preferente a los conductores de vehículos, ya que en las manos de ellos está la seguridad personal y la seguridad de los demás. Recordemos que es preferible perder un minuto de tiempo antes que la vida en un minuto y que no por mucho madrugar amanece más temprano.