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Ernesto Intriago
Poner límites

Poner límites es una de las tareas más difíciles a la que nos enfrentamos las personas a lo largo de nuestra corta vida. Cuando nos cuesta poner límites es porque somos demasiado buenos, bonachones, condescendientes y hasta la bondad requiere límites.

Martes 24 Marzo 2015 | 04:00

 Le ponemos límites al tiempo para no malgastarlo, a las personas para mantener distancia, a las actividades que desgastan, en fin; límites para saber hasta dónde se puede llegar, dónde empieza y termina algo, como en los territorios por ejemplo.

Detengámonos en los territorios, en nuestro territorio manabita, que precisamente ahora tiene asuntos pendientes con los límites por la sencilla razón de que la entidad competente del Estado no es tan competente que digamos, a las personas nos cuesta poner límites pero a las instituciones al parecer no.
Se trata del Conali, Comité Nacional de Límites Internos, que ha superado el límite de los límites de la razón en algunos de los 768 conflictos territoriales entre provinciales, cantonales y parroquiales. Uno de esos casos es el de Bolívar con Tosagua; al parecer, aquí el Conali ha estado jugando a los dados al momento de trazar una línea para separar a un cantón del otro. Esa línea separa a la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí Manuel Félix López, creada en la jurisdicción territorial de Bolívar.
No, qué va, el Conali no ha jugado a los dados, tampoco es otra jugada maestra del centralismo para hacernos pelear, el organismo ha trazado las líneas basándose en los meridianos y paralelos; es decir, de forma geodésica. Lo que el Conali no sabe es que la mayoría de nuestros territorios están conformados por límites geográficos que determina la naturaleza como un río, o geométricos, determinado por las personas; es decir, de la iglesia para allá es Macondo y de la iglesia para acá, Comala.
Con los dos últimos tipos de límites se han dividido nuestras localidades, eso se ha respetado históricamente; los habitantes de cada pueblo saben lo que les pertenece y de qué ciudad son. Lo cierto es que Tosagua y Bolívar jamás han tenido conflictos y problemas de límites en la zona de la Espam, unos y otros reconocen a la institución académica como bolivarense.
Creo que las autoridades respetarán la historia y mantendrán los límites como hasta ahora, resolverán el asunto amistosamente, la ley lo permite. 
Tienen un reto histórico, esa acción será una lección para el Conali que trazó límites sin que nadie les ponga límites a ellos. 
Los alcaldes tienen pocos días para solucionar el problema creado, esperemos que el alcalde de Tosagua no se quiera aprovechar del error del Conali; que el burgomaestre de Bolívar no actúe con displicencia; y que el prefecto tome partido por la unidad. Esperemos.
 
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