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La venta de cocinas a gas se apaga de a poco

La llama del comercio de las cocinas a gas se apaga de a poco y con resistencia. La venta de sus similares a inducción se enciende a fuego lento.

Martes 24 Marzo 2015 | 08:00

El comercio local muestra cómo el mercado de estufas pasa por un proceso donde se venden menos cocinas que funcionan con Gas Licuado de Petróleo (GLP) y de a poco se aceptan las promocionadas por el Gobierno Nacional.

Ese fue el escenario que encontró Gonzalo Zambrano, quien se acercó a consultar en los almacenes de electrodomésticos.
Sin embargo, no tiene duda: comprará una a gas. Cuenta que vive en La Estancilla de Tosagua y el servicio eléctrico es irregular. “A veces la luz se va por cinco a ocho horas ¿Y qué hacemos?¿No comemos?”, dijo.
En almacenes de franquicias nacionales de electrodomésticos prácticamente no hay cocinas a gas. Negocios locales como el de Fredy Chávez las tienen.
Cuenta que su fuerte es la cocineta. Antes vendía tres ahora unas seis al día, pero son aquellas que le quedaron antes de que se incrementara su precio. “Ahora una de 35 costará 70 y no sé si se va a vender”, opinó.
Carlos Zambrano, de otro almacén, dice que venderá cocinas a gas mientras tenga existencias. “Nuestra gente confía en eso y mientras existan se seguirán vendiendo”, señaló.
María Fernanda Andrade, otra comerciante, apostó a lo mismo, pero cuenta que de sus cinco proveedores sólo uno aún distribuye cocinas a gas.
En almacenes consultados todavía tienen existencias de cocinas y cocinetas con precio anterior, confirmaron vendedores locales.
Así, por ejemplo, una cocineta de cuatro hornillas se la puede encontrar a 41 dólares pero, tras un nuevo pedido con precio actualizado, costará unos 88.
De a poco. Senia Zambrano de Marcimex cuenta cómo se enciende de a poco la venta de las cocinas de inducción.
Hace unos cinco meses podían pasar una semana sin vender una, o con suerte un par. “Ahora sale casi seguro una al día”, contó.
Luis Cedeño, del almacén Créditos Económicos, destacó que al venir en varios modelos y precios el usuario puede escoger la que se ajuste más a su bolsillo.
En el comercio local se ofrecen cocinas de inducción encimeras de dos zonas (el equivalente a las hornillas) desde 169 dólares, hasta de cuatro zonas a $ 682. Las que llevan horno pueden alcanzar los 795 dólares. Con el plan del Gobierno se descuentan en cuotas de hasta 72 meses que se pagan dentro de la planilla de consumo eléctrico.
En la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel) se informó que en Manabí 8.000 personas ya se han registrado en el programa de cambio de cocinas -en la provincia hay más de 343.000 hogares-. 
De esos, 4.000 ya compraron el equipo en las casas comerciales que lo ofertan y unas 3.800 estufas de inducción ya están instaladas.
Al área de atención al cliente de Cnel en Portoviejo se acercan unas 30 personas al día solicitando información sobre el proceso.
Esperando. Olga Mero menciona que preferiría usar una cocina a gas, pero como ya adquirió la de inducción le preocupa no utilizarla. Ella vive en el sitio El Chorrillo de Montecristi. Allí otras 15 personas tuvieron el mismo problema. Todos tienen cocinas de inducción, pero aún no cuentan con el sistema eléctrico de 220 voltios necesario.
Roberto Briones, coordinador en Manabí del Programa de Eficiencia de Cocción (PEC), manifestó que el problema se da porque la empresa que vendió las cocinas no ha subido al sistema los datos de los compradores. “Esto funciona así, ellos venden el producto, pero deben registrar a los beneficiarios en la web para que la Empresa Eléctrica proceda a realizar el cambio de medidor, si así lo requiere, y las conexiones”, agregó. 
Briones informó que la empresa podría ser sancionada debido a que está incumpliendo.
En Portoviejo, Bartolo Cobeña fue ayer por tercera vez a las oficinas de Cnel para pedir que le realicen el cambio de medidor.  Él vive en la ciudadela Eloy Alfaro y compró desde hace más de una semana la cocina de inducción pero no la puede usar.
En Cnel se explicó que este tipo de problemas se da porque los usuarios no están en sus domicilios. 
Experiencia. Lo mejor para Rita Zambrano es la facilidad de limpieza. Ella tiene 72 años, es jubilada  y confiesa que estaba “cansada” de limpiar una a una las hornillas de su cocina a gas.
Cuenta que prefirió hacer la instalación por su cuenta, ya que pudo decidir el trazado de los cables del medidor a la cocina. Señaló  que en los dos meses de uso su planilla no se ha incrementado.
Yoconda Vélez, quien también tiene esta cocina, dijo que la usa muy poco porque entre semana come fuera junto con su esposo. Ella duda que para familias grandes no exista aumento en las planillas.
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