La mujer, residente en Zamfara, Nigeria, presentó la solicitud de divorcio ante una corte religiosa, la cual falló a su favor después de siete días.
Según relató la mujer, la pareja tuvo relaciones sexuales después de la boda, experiencia que fue una "pesadilla".
"En lugar de disfrutar el sexo, resultó ser otra cosa, debido a que su pene era demasiado grande", señaló la mujer ante la corte que llevó su caso.
Ante el predicamento de la ahora exesposa, su madre le proporcionó "medicamento" para aliviar el dolor, sin embargo, un nuevo encuentro íntimo fue "demasiado" por lo que la pareja llegó a la conclusión que ni la medicina podría salvar su vida sexual o su matrimonio.
El marido no negó la acusación y señaló su voluntad de disolver el matrimonio siempre y cuando le fuera pagado el dinero del dote matrimonial y sus gastos durante la etapa de cortejo.