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Pedro Alcívar Álava
La transgenia: Inquietudes

Se ha escrito ríos acerca del tema, unas en pro y otras en contra de esta maravillosa herramienta que el hombre tiene en sus manos para conservar nuestra especie en el planeta.

Lunes 02 Marzo 2015 | 04:00

La diferencia básica de los bandos en disputa es que la transgenia puede ser manipulada para un mal uso de los genes y de otro lado están los que apuntan que con ella se puede avanzar a pasos gigantescos y alcanzar una alta producción agrícola y animal, desarrollar estrategias de salud humana y llegar algún día, a la tan ansiada cuasi inmortalidad del hombre.
En el bando opositor aparecen, en primer lugar, las compañías de agrotóxicos y por qué razón, sus intereses son tan grandes que si en el panorama productivo se descubren biotipos resistentes a plagas y/o enfermedades de plantas y/o animales, ellos pierden un mercado potencial más amplio, razón suficiente para manejar estrategias en contra de la transgenia.
Investigar y obtener un producto químico y ponerlo en la percha de los almacenes cuesta cientos de millones de dólares y luego retirarlo del mercado sería como suicidio por las consecuencias de desenrrolar miles de personal del negocio.
Hoy también se oyen voces de aquellos que perciben que “nos roban” el patrimonio genético de plantas ancestrales, lo que es muy pequeño con la magnitud de cobertura de las plantas alimenticias más cultivadas como el arroz, trigo, maíz, pastos, soya y muchas más, que constituyen la canasta básica.
La revolución verde tiene una debilidad o más bien una deuda con los productores, sus cultivares son muy exigentes en fertilizantes y uno de los objetivos no cumplidos es la manipulación genética para incorporar los genes que regulen la simbiosis de las bacterias nitrificantes en las raíces de las gramíneas, lo cual le ahorraría al mundo miles de millones en gastos, al no utilizar millones de toneladas de fertilizantes.
Y qué decir de las incontables posibilidades de crear nuevas especies de plantas como el pomato, la única especie creada por el hombre, a partir del tomate y la paa, la misma que da tomate en la parte aérea y para en las raíces, y sin en algún momento esta tecnología nos permite cultivar plantas frutales del tamaño del maíz con mejor potencial productivo y con increíble facilidad de cosecha.
En el mundo animal sería deseable que en el futuro sobrevivan los biotipos más resistentes incorporándoles los genes deseados para cada característica tanto genética como fenotípica.
Será posible que con esta tecnología que algún día tengamos súper plantas que resistan la competencia con las malezas y dejemos de usar herbicidas y que las plantas manipuladas tengan más néctar para las abejas, y que los apicultores puedan tener abejas más productoras de miel.
En la naturaleza están todos los genes que el hombre necesita manipular y lo que falta es el entendimiento de cómo funcionan para utilizarlos a conveniencia de la raza humana.
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