En el duelo número 37, el segundo enfrentamiento con más escenarios desde la Era Open (implantada en 1968), entre los actuales uno y dos del mundo, prevaleció el juego de ataque de Federer, que dominó en una hora y 24 minutos para ganar por tercera vez consecutiva a Djokovic, a quien se impuso el año pasado en las semifinales de Dubái y en la final del Masters 1.000 de Shanghái.

Federer resguardó su servicio de forma arrolladora en el choque.