Unos “hinchas” de la mantense nacida en Francia Jackeline de Muñizaga nos reunimos el 14 de este mes -Día del Amor y la Amistad- en la Plaza Azúa, por los 14 años del ceibo que ella, un día igual, hace 14 años, con otras personas de amorosas manos sembró en dicho céntrico lugar como un símbolo de amor a la naturaleza y a todo lo que la rodea, en lo que obviamente se halla esta querida ciudad con todos sus habitantes.
El atípicamente siempre verde y frondoso ceibo -debido al cuidado que le prodigan el ciudadano vendedor de periódicos vecino y otras manos anónimas- da sombra a los transeúntes y abrigo a los pajaritos que en la tarde lo pueblan, y más que nada es “un inmóvil y vegetal ciudadano” que manifiesta con su imponente presencia el amor a esta tierra de quienes lo sembraron junto al de quienes coincidimos con dichas personas.
Entre un violín, palabras y mucha fraternidad, quedamos en luego de 1 año festejarle al ceibo de Jackeline -que ya es nuestro- su fiesta rosada, cuando cumpla 15 años de vivir en Manta.