Un adolescente filma mientras los demás bromean ante la actitud indecisa de la joven que se niega, pero finalmente accede a un brevísimo encuentro que todos celebran en lo que parece ser un aula.

Videos similares tienen larga data: en el 2007 se investigaron imágenes de estudiantes semidesnudas, en junio del 2013 una filmación de colegiales bailando “perreo intenso” generaba polémica, y en diciembre de ese mismo año cinco alumnos protagonizaron un video crudo. 

Alerta. Betty Alarcón, psicóloga clínica y perito en delitos sexuales con adolescentes, cuenta que lo que ocurre es “alarmante”.

La especialista señala que durante el año pasado se registró un promedio de cinco casos mensuales de este tipo. Sin embargo, aclaró que la cifra no es representativa, ya que lo más frecuente es no denunciar sino resolver el tema entre padres y autoridades del plantel.

Alarcón expresa que aunque no se puede generalizar, prácticas como encuentros corporales furtivos, fotos y videos de contenido sexual, relaciones con compañeros registradas con cámaras y más son más comunes.

Un inspector de un plantel público, que pidió la reserva de su nombre, expresó que estas acciones “se están saliendo de las manos”. Incluso sospecha que puede ser que personas involucradas al tráfico sexual estén motivando estos comportamientos.

Fabián Mendoza tiene 20 años como inspector y se muestra visiblemente preocupado. Señala que prácticas como la de ver videos para adultos se han extendido entre los jóvenes con las facilidades que permiten teléfonos inteligentes y tablets.

Observa que para padres y maestros es muy difícil controlar el buen uso de estos dispositivos, simplemente porque no dominan su funcionamiento.

“El alumno puede decir que ve una consulta, pero puede estar viendo cualquier cosa”, cuestionó. 

Preocupación. Karla Vélez, titular de la Unidad Fiscal de Adolescentes Infractores, no da cifras, pero muestra su preocupación porque estos casos no disminuyen.

De hecho los delitos sexuales son más comunes en comparación con casos de drogas, robo u otros cometidos por adolescentes.

La agente señaló al mal uso de las redes sociales e Internet como una de las principales causas para luego terminar en prácticas que incluso pueden ser consideradas delitos como estupro, abuso sexual, violación o exhibición de personas con fines sexuales.

Orientación. Ivonne Tacoamán, obstetra dedicada a temas de educación y salud  sexual, señaló que lo más importante es la orientación que den los padres, que hablen con su hijos, que los guíen en esa etapa en la que inician cambios en sus cuerpos y en sus sensaciones. Destacó que prácticas como la masturbación son normales, pero siempre en el ámbito de la privacidad y la autodeterminación.