La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha señalado que aproximadamente 800 madres mueren cada día en el mundo por problemas en el embarazo o el alumbramiento.
Según los organismos de vigilancia de salud en el país, la mayoría de los casos son prevenibles a partir de la identificación de síntomas o señales de peligro, tales como sangrado, dolor, salida de líquido antes de tiempo, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, mareos, convulsiones, fiebre, parto demorado, entre otros.
Sin embargo, el origen puede estar más allá, en factores sociales o culturales que deben ser, de igual forma, controlados. Por citar algunos ejemplos, la violencia de género, la obesidad y el embarazo prematuro podrían desencadenar complicaciones graves si no existe control del proceso de gestación.
Crear una cultura de prevención es responsabilidad de los organismos vinculados con el bienestar de la sociedad, en todos los ámbitos. En el caso que nos concierne hoy, en el de la salud, entregar las herramientas para que las personas identifiquen posibles complicaciones puede ayudar a salvar vidas.