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Lo Hallaron Muerto 
Tres meses después de su desaparición, un hombre fue hallado muerto en unos matorrales. El hecho ocurrió en el cantón Montecristi.
Martes 27 Enero 2015 | 04:00
La osamenta fue encontrada aún con ropa y una mochila donde estaban los documentos de identidad de José Oliver Espinoza Anchundia, quien desapareció el 19 de octubre del año pasado, informó el fiscal Paco Delgado.
El funcionario dijo que el hallazgo ocurrió el domingo a las 19h00 en los matorrales de una vía que une a las comunidades Los Bajos y Río Caña, en Montecristi.
“Tenemos la certeza de que los huesos pertenecen al desaparecido. Ahora estamos investigado las causas de su muerte, porque hay indicios de que habría sido asesinado”, anunció.
Explicó que los huesos fueron llevados al Instituto Forense para realizarles la autopsia y confirmar si presentan huellas de violencia. Los resultados del informe estarán listos en seis meses.
Los familiares dijeron que la víctima era divorciada, trabajaba en una empresa procesadora de pescado y vivía en Santa Rosa del sitio Pepa de Huso, en Montecristi.
Denuncia. La denuncia por la desaparición de José Oliver Espinoza fue presentada el año pasado por su madre, Herminda Anchundia.
Ella relata en el documento que temía por la vida de su hijo de 36 años porque había recibido amenazas de muerte.
La denuncia agrega que el hombre desapareció luego de que salió en una motocicleta desde Pepa de Huso hacia una procesadora de pescado en la parroquia Leonidas Proaño.
“Nosotros también creemos que lo mataron por robarle su moto, que recién la había comprado”, agregó José Espinoza, padre del fallecido.
La moto no fue encontrada.
El padre asegura que la osamenta pertenece a su hijo, porque la ropa y los zapatos son los que usó la última vez que salió de casa.
José Espinoza manifestó que, como su hijo trabajaba en Montecristi, en ocasiones dormía en la casa de una tía en la ciudadela El Palmar, en Manta.
El cuerpo será entregado en tres días, hasta que los peritos del Instituto Forense confirmen, por medio de un examen de ADN, que pertenece al hijo de José Espinoza.
La víctima era padre de dos menores.
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