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Crónica del día
"Ni un paso atrás", consigna de la Guerra del Cenepa

"Ni un paso atrás” fue la consigna de la Guerra del Cenepa y 20 años después es la doctrina de vida de Franklin Baque y Mauricio Espín.

Lunes 26 Enero 2015 | 08:37

Ambos fueron parte de las filas que defendieron el territorio patrio en el conflicto entre Ecuador y Perú. 
Han pasado 20 años de la gesta heroica. El 26 de enero de 1995 soldados ecuatorianos se enfrentaron contra militares peruanos en el lado oriental de la Cordillera del Cóndor por el control de una zona en disputa en la frontera entre los dos países. 
El enfrentamiento bélico, que duró más de un mes, ocurrió por la falta de hitos en 78 kilómetros lineales en esa zona, dejando oficialmente 31 soldados ecuatorianos muertos en combate y 120 bajas del vecino país.
Franklin Baque nunca vio morir a sus compañeros de batalla pero sí recibió a muchos de los soldados caídos.
Él era el encargado de bajar los cadáveres de los helicópteros, bañarlos, cambiarlos de ropa y meterlos en cajas de madera hasta esperar que aeronaves lleguen hasta la base Patuca y los recogieran para entregarlos a los familiares que esperaban a cientos de kilómetros de distancia. 
“Allí estuve dos meses, el trabajo era duro, muchos cadáveres llegaban en estado de descomposición y era casi imposible ponerles otra ropa”, relata.
Otro de los oficios encomendados a Baque era preparar las raciones alimenticias de las tropas, éstas, dice, no eran más que latas de atún, galletas y sopas de sobre, las más solicitadas.
Baque también fue designado a un frente de combate, durante tres meses su trinchera fue la Base Sur.
“Fui afortunado, cuando yo estuve ya no hubo conflictos intensos en el campo de fuego, no tuve que ver muertos, pero sí a compañeros desmembrados por las minas”, cuenta.
Baque duró cinco meses en la Cordillera del Cóndor, es muy probable que haya compartido unos minutos con Mauricio Espín. 
Dos décadas después del conflicto armado Mauricio Espín es el Comandante del Batallón Montúfar de Santo Domingo.
Su vida, dice, siempre estará ligada a la milicia. Su carrera, 20 años después de Cenepa, ha sido exitosa, hoy ostenta el grado de Teniente Coronel de Estado Mayor.
El hombre cree que la guerra del 95 fue “una experiencia única”.
En aquel tiempo y con 27 años de edad, Espín fue parte del área de combate de Tiwintza en el grupo 24 de Fuerzas Especiales (hoy Grupo 53 Rayo).
La base de Tiwintza fue defendida por más de 100 soldados durante la guerra. Se convirtió en el principal objetivo de las tropas peruanas, pero siempre se mantuvo con Ecuador.
“El conflicto en Tiwintza era constante, cada momento que tenía al frente al enemigo pensaba en mi familia, ahí empecé a valorar la vida”, menciona Espín.
El oficial nunca le comunicó a su esposa y sus dos hijos que se iba a la guerra.
Ellos se enteraron cuando el hombre llegó hasta el Hospital Militar de Quito luego de recibir una descarga mientras hablaba por radio.
El percance le provocó a Espín una ausencia de dos meses de la Cordillera del Cóndor.
Hoy sentado en su amplia oficina en el Fuerte Zapador, recuerda con orgullo que soportó días enteros sin comer, esperando el abastecimiento.
Baque también lo vivió. Los días y noches enteras de caminata con el peso de un fusil HK, 300 municiones, cuatro granadas, uniformes y hambre le han pasado factura. Desde entonces sufre con una hernia. Hoy Baque está jubilado, y se siente afortunado, por una simple razón: 20 años después aún está con vida.
Espín en cambio sigue como militar y afirma que esta “listo para volver a arriesgar su vida por la Patria”.  
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