E l último feriado nacional con motivo de fin de año movilizó a miles de turistas en todo el país, principalmente hacia las playas de la atractiva zona costera. Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Guayas y El Oro fueron testigos de la afluencia de ese turismo receptivo, que como en ningún año se hizo presente en todas estas provincias. Sería difícil hacer una evaluación precisa sobre cuál de ellas recibió más visitantes. Lo cierto es que todas las carreteras de acceso estuvieron llenas de toda clase de vehículos, los que de una u otra manera movilizaban a esos miles de turistas nacionales y extranjeros. En la mayoría de esas carreteras no hay controles de peaje, lo que prácticamente imposibilita ese conteo, pero la realidad estuvo a la vista de todos con las vías de acceso, las ciudades y las playas congestionadas por la gran cantidad de vehículos y de personas.
Por otro lado, cabe destacar que los hoteles, pensiones, hosterías, restaurantes y afines, todos estuvieron copados brindando la conveniente atención y satisfaciendo así las demandas de esos visitantes, que han marcado, una vez más, lo interesante que vienen siendo los atractivos de esas bellezas con que la naturaleza ha dotado a este país.
Y nuestra provincia manabita está incluida dentro de esos atractivos naturales, entre los que se cuentan las playas, las que son las más variadas y extensas de la franja costera. Y entre éstas están las del norte, como lo son las de Bahía de Caráquez, San Vicente, El Napo, Briceño, Canoa, Jama, Pedernales y Cojimíes.
Pero el asunto no debe quedar ahí. Lo sucedido en el último feriado ya es historia. Dejó eso sí una interesante circulación monetaria que beneficia a todos en general, principalmente al sector involucrado en ese turismo receptivo. Y este éxito debe servir de estímulo para que se corrijan las deficiencias, que debe haberlas. Que se mejoren las ofertas de atención. Que los organismos locales y regionales aumenten los entretenimientos para chicos y adultos. Y que la ciudadanía participe en esta actividad, que debe ser conservada hacia un futuro turístico, receptivo, llamado a convertirse en el principal motor de la economía local, regional y nacional, tal como sucede en otros países.
Aprovechamos la ocasión para recordar a Eugenio Espejo, pionero del periodismo nacional, haciendo votos porque el Ecuador sepa conservar la libertad de expresión y la libertad de prensa.
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