Actualizado hace: 931 días 9 horas 57 minutos
Crónica
Cuando la vida transcurre desde el asilo

Tobías fue mecánico, chofer, tractorista y tripulante de un barco en la Segunda Guerra Mundial.

Viernes 02 Enero 2015 | 04:00

A los 30 años empezó a escribir noche a noche sus memorias, pero un naufragio hace mucho tiempo, cerca de la isla Puná, en la provincia del Guayas, “ahogaron” sus letras, todo se hundió. Ya tenía avanzado bastante el libro.
Oriundo de Alausí, provincia de Chimborazo, Tobías Brito es un hombre de 96 años, que en la actualidad vive en la Fundación para la Tercera Edad de Manta (Funteman).
A raíz de la muerte de su esposa, hace ocho años, uno de sus ocho hijos le sugirió la posibilidad de vivir en un asilo, donde sería bien atendido porque ya no había quién cuidara de él. Todos  los hijos tenían sus ocupaciones. Él no vio mala la idea, porque donde vivía tenía muchas necesidades: se alimentaba con comida de restaurante y estaba solo.
el tiempo. Hace cinco meses que está en el asilo. Había pedido que le concedan una habitación en la parte alta con vista a la calle, pero por el ruido de los carros y el deseo de tener facilidad para salir al jardín de la institución, solicitó que se lo cambien a la planta baja.
“La primera vez que bajé al patio y me encontré con toda la gente, veteranos hechos un cementerio, unos sin piernas, sin brazos, sin poder hablar, me impresioné”, recuerda. 
Viendo aquel cuadro, recordó el poema de un escritor ecuatoriano que dice: “No son muertos los que descansan en su tumba fría, muertos son los que muertos tienen el alma y aún viven todavía”.  A su edad, admite que a pesar de la lentitud de sus palabras y su andar, su alma está viva y considera que le falta mucho por hacer.
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