El plan del gobierno debe ser apoyado porque es parte fundamental del cambio de la matriz energética y ahorrará miles de millones de dólares al país. 

Hay que dejar de usar el gas importado y subsidiado para en su lugar usar la electricidad que generarán las nuevas centrales hidroeléctricas, que deben empezar a operar en los próximos dos años. 

Hace bien el gobierno en estimular la compra de las cocinas de inducción bajando sus impuestos y hasta regalando energía, pero quizás esa medida no sea suficiente y haya que adelantar el fin del gas subsidiado, que tanto cuesta al Estado y, por lo tanto, a los mismos ecuatorianos.

Mas, la reciente medida de cargar a la venta de cocinas de gas con un impuesto del cien por ciento, para desestimular su compra, es injusta para miles de ecuatorianos que hoy deben comprarlas y no están en condiciones de pasarse a las de inducción, ya sea porque no tienen sus conexiones listas, porque viven en zonas con pobre servicio eléctrico, entre otras muchas razones. 

Se pide al gobierno y a la asamblea que revisen la decisión.P or lo visto, el plan gubernamental de cambiar las cocinas de gas por las eléctricas de inducción no está teniendo acogida entre los ecuatorianos, seguramente por una arraigada costumbre.