Desde hace 33 años Jorge se dedica a la fabricación de los “viejos”. El trabajo empieza en junio y termina en diciembre con la venta de los monigotes, explica. Él recuerda que antes los muñecos eran diferentes, se realizaban sólo figuras humanas de conocidos o familiares, pero con el tiempo la variedad fue aumentando. Ahora se incluyen personajes de películas animadas o de personas famosas, indica.
Él dice que aún hay clientes que le piden elaborar muñecos de ellos mismos. “Tengo un vecino que todos los años me pide que lo haga monigote para quemarse en Año nuevo y tener suerte y, de hecho, la tiene”, dice este artesano.
Su esposa Betty Cervantes le ayuda al moldear las figuras. Betty cuenta que hace unos años su esposo se enfermó y pasó más de siete meses internado en el hospital, por lo que tuvieron que invirtir bastante en su recuperación. “La venta de los muñecos fue un factor esencial al momento de pagar las medicinas”, relata la mujer, quien dice que desde ahí ella se ha dedicado más a colaborar con el trabajo artesanal que realiza su marido.
La familia Pinargote Cervantes elabora 150 muñecos cada año, los cuales esperan vender en su totalidad y así recibir el Año nuevo con pie derecho.
TRADICIÓN. Nery Cedeño y su familia aún tienen la costumbre de realizar un muñeco para fin de año. Nery explica que es una tradición y que lo hace desde hace mucho tiempo. Lo tradicional es usar ropa vieja para vestir al muñeco, rellenarlo de papel periódico y colocarlo fuera de la casa para exhibirlo en el barrio, explica. “Hacemos a familiares o personajes del barrio, esto le da un toque de alegría al lugar, los niños son los primeros en emocionarse”, comenta.
Nery cree que para despedir el año viejo con un monigote se debe realizar algunos rituales. “En mi familia al ‘viejo’ lo golpean, para así eliminar las malas energías y empezar el nuevo año con energías nuevas”, señala. Además relata que su cábala de fin de año es hacer una lista de todas las cosas malas del año que se va y al momento que se está quemando el monigote, lanzar el papel al fuego para dejar todo lo negativo en el pasado, afirma Nery, quien junto a su familia espera que esta tradición se prolongue en el tiempo.
CON SEGURIDAD. Johnny Segura, director del departamento de Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos en Portoviejo, recomienda tener cuidado al momento de quemar los muñecos.
Segura explica que se deben considerar varios aspectos importantes: quemar en lugares lejos de viviendas y cables de electricidad. Se recomienda no quemar sobre el asfalto -se puede usar un zinc-, porque éste se deteriora. Tener precaución con los niños, ellos no deben estar cerca del muñeco al momento de encenderlo. No utilizar explosivos dentro del monigote y evitar el uso de gasolina para encender el muñeco, explica el funcionario.
PASO A PASO
PASO 1. ESTRUCTURA.
Se realiza el esqueleto o estructura para darle forma al muñeco. Para ello, se debe utilizar palos y clavos.
PASO 2. PEGADO.
La figura se forra con papel y pegamento de almidón, el mismo que le dará dureza.
PASO 3. SECADO.
Para continuar con los siguientes paso, es secado es importante. Debe ser de uno a dos días, dependiendo del tamaño de la figura que se está elaborando.
PASO 4. FONDEAR.
La figura debe ser pintada con color blanco, el cual servirá como base para los demás colores.
PASO 5. PINTURA.
Luego se aplican los demás colores del 'viejo', los mismo que dependerán del gusto de la persona que los elabora.
PASO 6. DETALLES.
Para finalizar se realizan los detalles con el aerógrafo o pincel, lo cual le dará un mejor acabado al monigote.
