Comienzo por mencionarles amigos lectores de el diario, que desafortunadamente se está instaurando y proliferando en nuestra provincia una ola de típicos brujos o curanderos, que desde hace un buen tiempo vienen haciendo de las suyas en sentido de perjudicar económicamente a nuestros ingenuos comprovincianos.

Pienso como es lógico que los nervios se alteran con frecuencia; por tanto, considero que la mayor parte de las enfermedades son psicológicas. Sin embargo existen en ciertos hermanos manabitas creencias negativas en las ciencias ocultas, convencidos que esta clase de doctrina los van a sanar. Permítanme señalarles distinguidos lectores, que estos “Doctores” que trabajan a través de esta vieja profesión son eminentemente profesadores del demonio, por ende enemigos de Dios, que lo único que les interesa es hacer fortuna a costillas de los tontos.

Creo, firmemente, que las respectivas autoridades en este caso la Señora Gobernadora, el Señor Intendente, el Comisario de Salud, el Colegio de Médicos, y sobre todo nuestra comunidad manabita, en general, que es la más afectada por creer en estos seguidores de satanás, opten por luchar inclaudicamente contra estos seudos sabedores de la medicina, ya que lo único que están haciendo es poner a nuestra gente en desorientación.

Transito por esta geografía manabita, por las calles de Portoviejo, Chone, Manta, Jipijapa, Pedernales, entre otras ciudades, observo con tristeza que gran cantidad de adeptos a esta clase de  hechicería andan como especie de zombies, como también se ha descubierto en estas poblaciones a empíricos  que guardan preparados sin registro sanitario; y embrujos como muñecos, alfileres, y cientos de fotografías, comprobándose así que Manabí es una de las poblaciones más creyentes en el país en estos tipos de trabajos, por eso es que hay un índice de descontrol familiar. Ojalá este escrito sirva como estímulo a los que creen en los hechiceros para que se divorcien de ellos, que con el cuento que la vida les será más placentera, o que el dinero les vendrá a chorros, les sacan importantes sumas de dinero. a los incautos.