Esto es indigno, humillante y avasallador.
Manabitas, si el pueblo de Israel pierde su salida a las aguas del río Jordán, desaparece; es decir, este pueblo judío de mentes lúcidas, lo primero que defiende es el derecho a la vida, y la vida es el agua. Todos los manabitas a movilizarnos ahora, como dijo Napoleón, aquí, en nuestro pecho, está La Manga del Cura, está nuestra vida; a defenderla con honor y dignidad.
Ahora, en este momento de decisiones, es de gran connotación la movilización de todas las fuerzas vivas de Manabí; para tal efecto debemos autoconvocarnos a defender nuestro principal bien jurídico que garantiza el Estado ecuatoriano, como lo es el derecho a la vida, por cuanto un pueblo sin agua es llegar a la miseria, al hambre, a la desocupación y las enfermedades aparecerán para diezmar a su población y sus tierras; se convertirán en grandes eriales, causado por la galopante sequía.
Señor presidente de la República, Ec. Rafael Correa, ¿qué sentido tiene la construcción de la Refinería del Pacífico si no vamos a tener agua suficiente? ¿cómo vamos a desarrollar nuestro primer puerto internacional de Manta? ¿de qué nos vale tener más de trescientos cincuenta kilómetros de playas si no podemos desarrollar el turismo por falta de agua. La ingente producción agrícola y pecuaria de nuestra región se verá afectada, todo esto por dejarnos arrebatar La Manga del Cura. El otro polo de desarrollo que se nos mencionó sería nuestra provincia, se queda en quimera, en falsas expectativas; ese legado no podemos dejarle a nuestras futuras generaciones, sin porvenir ni futuro. Así dijo Albert Einsten: “Un estómago vacío, es un mal consejero”.
Señor Presidente, basta de discriminación contra los manabitas, que se respete nuestro derecho establecido en la Asamblea Constituyente de 1967 y todos aquellos cuerpos legales que definieron la creación del cantón El Carmen, en donde está determinada La Manga del Cura como jurisdicción manabita. No se nos puede seguir sometiendo al arbitrio y condicionamiento del Guayas.