La edil del cantón, abogada Doménica Tabacchi, en verdad representa políticamente a un movimiento y triunfó en las elecciones; posteriormente, gracias a las leyes actuales que favorecen la equidad de género, logró sin mayor dificultad la vicealcaldía.
Posiblemente en sus tiempos de presentadora de televisión no imaginó que un día llegaría a dar un discurso ante los mandatarios de América del Sur.
Innegablemente bella, no representa en cambio a las grandes mayorías étnicas del puerto, donde conviven en lugares bien marcados criollos, montubios, indígenas y extranjeros; estos, (¿coincidencia?) están socioeconomicamente ubicados en las capas más altas de la urbe.
En las páginas sociales es casi imposible que no aparezcan damas y caballeros de apellidos europeos o de Medio Oriente.
No es casualidad, sus abuelos llegaron en busca de tranquilidad y de fortuna, muchos años después de la Independencia. Un ejemplo son los Aspiazu, cuyo antepasado, vasco de la zona española, arribó a fines del siglo XIX o inicios del XX, y junto con sus hijos acumularon decenas de haciendas cacaoteras en Los Ríos, uniéndose con familias poderosas como los Coto, presentes desde la Colonia.
Para comentar temas como éste, se debe anteponer la honestidad y la objetividad hasta donde nuestra posición política no nos ciegue.
Al ver en la televisión el discurso de la señora Tabacchi, el gesto y la forma en que remarcó que ni la cárcel ni las balas volvieron revanchista a José Mujica, fue inevitable pensar que eran palabras de elogio para el presidente saliente de Uruguay y, al mismo tiempo, de indirectas contra Rafael Correa.
Fácil: es precisamente de resentido y otros calificativos afines que lo acusan sus opositores.
Por ello, detractores como uno que aparece en un video aconsejando a Correa hacerse un tratamiento psiquiátrico por su ardorosa crítica contra los socialcristianos, del que se desprende el actual movimiento Madera de Guerrero, no suena como una defensa a la mujer, sino como una buena oportunidad de lanzar todos sus dardos.
El señor en mención estropea el castellano cuando asegura que no es “de la ideología de los que son ellos” faltando a la concordancia de género y número, elemental regla de gramática, pero critica el desconocimiento de la historia de Guayaquil donde –según él- Correa nació por accidente.
Jamás entenderán que un presidente no es elegido para atender con preferencia a su lugar natal, sino para gobernar a todo un país y ser solidario con quienes necesitan nuestra ayuda.
Y, para completar, el ex guerrillero Tupamaro, José Mujica, dijo que por cobardía no se ha metido la mano al bolsillo de los que tienen más, allí la distancia entre el pensamiento de Correa y la extrema izquierda.