A este último lugar decenas de vendedores llegaron con dudas. “Yo sé que aquí es mi puesto, pero lo tengo que compartir y eso nos va a traer problemas”, decía con insistencia una mujer que expende pollos.

En la feria ellos tendrán que compartir un stand entre dos, según dijo la vendedora, el diseño de las puertas también les acarreará inconvenientes.

“Si abrimos la puerta uno va a vender mientras el puesto del otro va a estar cerrado”, dijo.

Hasta el sitio llegó Juan Pallasco, quien trabaja con cárnicos desde hace 35 años en el centro de abastos.

“Este es un cambio obligado, pero todo está desbaratado, el espacio aún no está listo”, señaló el hombre.

Ángel Jumbo, otro comerciante, también estaba preocupado. Según indicó “aún falta la canalización” para los restos de sangre y desperdicios de los animales faenados que se venderán en el centro de abastos provisional.

Zoraya Ávila, directora de Desarrollo Económico del municipio, informó que desde hoy  los primeros en trasladarse fueron los vendedores de legumbres, flores, bazares y abarrotes quienes tienen previsto terminar la mudanza hasta hoy.

“Después será el turno para quienes vendan cárnicos, mariscos, comedores y jugos”, destacó.

Allí los comerciantes con combos destruían las paredes de la estructura con el fin de sacar los hierros.

“Las mejoras que están a la vista las hemos hecho los comerciantes”, dijo Ángel Jumbo.

La funcionaria municipal dijo que en enero inicia la construcción del nuevo centro de abastos.