Como él lo explica, China es una potencia mundial que busca expandirse y crear un nuevo orden internacional con una polìtica de consenso. Y Ecuador debe defender los macro proyectos en los cuales los chinos pueden ser grandes aliados.

 

¿Qué afinidades destaca para el acercamiento que Ecuador y China han tenido y qué  beneficios puede sacar Ecuador?

China es una cultura milenaria; es la primera potencia mundial como ha señalado en julio el Fondo Monetario Internacional. En particular los ecuatorianos debemos conocer la esencia del pensamiento y actuar de los chinos para poder relacionarnos y negociar con ellos.

Con sus 1.350 millones de habitantes, China está ávida de materias primas, está necesitada de todos los recursos que tenemos en nuestro continente y que no acabamos de dimensionar.

 

¿Para qué conocer su esencia y pensamiento?

Para sacarles el máximo provecho, porque siempre los chinos simulan determinadas cosas que no necesariamente es su pensamiento. Esa siempre será su lógica.

 

¿Simular para que la otra parte se acerque?

Para desarmarlo en sus argumentos, en sus expectativas, y en ese sentido empezar a atacar y sacar la mayor ventaja.

 

¿En los créditos conseguidos Ecuador ha sacado la mayor ventaja?

Creo que se ha ido en un proceso de acercamientos entre lo que comenzamos a negociar y lo que estamos a punto de negociar. Hay una mejoría de parte de nosotros. 

Por decir el contrato más importante, financiado y en ejecución, que es Coca Codo Sinclair, tiene en el contrato una serie de causas que en un momento dado hace ver que los chinos van a sacar ventajas porque no se tomaron en cuenta una serie de elementos que ellos planteaban, referente al tema de plazos de uso de maquinaria, mano de obra china versus mano de obra nacional. Pero tienen una desventaja que es no conocer la legislación del país, no tener el mismo nivel de productividad nuestra gente que la de ellos. Ellos viven para trabajar, vienen del modelo instaurado por la revolución de Mao. 

Aprendieron de Occidente, le sacaron el conocimiento, la tecnología y están comenzando a poner sus propias reglas. 

 

¿Qué gana China y qué gana Ecuador?

No nos olvidemos que en los últimos 7 años China ha venido teniendo importante presencia en América Latina. En algunos paìses ha desplazado al comercio bilateral que tenían con Estados Unidos y Europa porque necesitan mayor cantidad de recursos. Por otro lado, China necesita del mercado latinoamericano.

 

¿Está quedando atrás la creencia de que lo chino es malo?

Hay productos con defectos que no han pasado las normas de calidad para Europa y Estados Unidos, y muchos de esos productos han sido traídos a Ecuador. Pero he conocido ciudades enteras que elaboran productos de mejor calidad para exportar a Europa y Estados Unidos, donde les ponen la marca de ellos.

 

Ante la baja en los precios del petróleo el Gobierno anuncia medidas, ¿qué tan conveniente es continuar el endeudamiento con China?

Hay una controversia en este momento sobre esto. La economía, en la que el presidente Correa es un experto, puede ser vista de diferentes maneras, con diferentes enfoques. En la Universidad de Lovaina (Bélgica) nos enseñaron a definir objetivos y plantear un conjunto de supuestos para llegar a ese objetivo. En el caso del endeudamiento es muy coherente en el área en que está siendo aplicado, porque si pagamos un interés de un 7% en los créditos de China el efecto de retorno de estos proyectos, por esa inversión, en 6 años, va a ser del 30%, lo que significa que vamos a solucionar un problema que tiene un costo y que va a tener un beneficio cuando entren a funcionar. Es decir que en 3 o 4 años se pagará el crédito. La estrategia es adecuada en ciertas cosas, no para todas las cosas.

 

¿Qué podemos venderle a China?

Lamentablemente como país siempre hemos tenido una mentalidad importadora, básicamente, no de productores. En el caso de Manabí si conocemos los gustos de los chinos podríamos, en vez de enviar simplemente pescado para que ellos procesen, procesarlos para ellos, adicionándoles sustancias y sabores. Darle valor agregado al producto.